La seguridad, en general, es importante; cuando nos involucramos en juegos de ataduras eróticas es imprescindible.
LAS ATADURAS
Existen muchas formas de ataduras, incluso concretando en el entorno erótico. Desde ese pañuelito que rodea las muñecas testimonialmente cuyo nudo se deshace casi con mirarlo, restricciones de cuero, polipiel o nylon con cierres de hebilla o velcro que se abren con relativa facilidad, a intrincados nudos con cuerdas de algodón o yute, o cintas vinílicas que se adhieren a sí mismas y que requieren de conocimientos en su aplicación tanto como paciencia en la retirada.
En algunos momentos puede sonar muy tentador sentirse a merced de otra persona (¡y vaya si puede ser excitante!), pero siempre teniendo en mente la seguridad. Y para ello, hace falta tener ciertas nociones en ataduras antes de convertir a la pareja en un roti humano.
LOS CONOCIMIENTOS
Por supuesto, nadie nace sabiendo. Y si bien una cosa es atar las muñecas de la pareja con unas esposas, un pañuelo o similar con una tensión cuasi superficial, la cosa toma un cariz diferente cuando las ataduras abarcan otras partes de cuerpo y se aumenta la tensión del nudo.
Para hacer unas buenas ataduras, tanto en técnica, en objetivos, como en seguridad, se requiere una formación. Y esa formación no la aportará un vídeo de YouTube de 5 minutos, ni un libro de 30 páginas. Acude a profesionales que puedan formarte a través de cursos o talleres.
No se trata tanto de ser pro en ataduras, sino de saber evitar aquellas zonas conflictivas donde es peligroso (incluso potencialmente mortal) colocar la cuerda con alta presión o hacer un nudo. También de saber reaccionar si, por el motivo que sea, deben retirarse rápidamente las ataduras porque la otra persona no se encuentre bien (física o mentalmente).
LA SEGURIDAD
Hay personas muy cautas, personas que viven por el riesgo, y personas que vagan de uno a otro punto dependiendo de las circunstancias. No obstante, hay momentos en los que siempre debe primar la seguridad: conduciendo, escalando, o practicando ataduras, por ejemplo.
La seguridad sí es sexy. Saber que la persona con quien compartes los juegos tendrá en cuenta tu bienestar durante la práctica, que atenderá a tus diferentes señales, que evitará zonas conflictivas, o que tiene un plan de emergencia para liberarte en caso preciso. No se a ti, pero a mí me pone la idea.
ACTUAR RÁPIDO, ACTUAR BIEN
Tener unos conocimientos de base es imprescindible, pero hasta la persona más experimentada puede encontrarse con una emergencia en un momento dado. Entumecimiento, irritación, hormigueo, ansiedad… Son cosas que pueden suceder durante las ataduras y que deben solventarse con premura y diligencia.
Saber deshacer los nudos, ataduras o restricciones es tan necesario como contar con un plan B. Algo a lo que recurrir cuando esas emergencias ocurren y no se tiene el tiempo de deshacer con tranquilidad.
EL PLAN B
En muchos de estos casos seguramente lo que pase por la mente sea tirar de tijera. Y sí, claro, eso disolverá las restricciones rápidamente, pero si no se escoge la tijera adecuada puede que de la que resolvemos un problema, creemos otro.
No todas las tijeras tienen capacidad para cortar determinados materiales, o las puntas afiladas pueden suponer un peligro en medio de una urgencia, especialmente cuando se trate de restricciones con poca o ninguna holgura. Para estas cuestiones existen tijeras específicas diseñadas para evitar el daño accidental.
TIJERAS DE SEGURIDAD
Bondage Safety Scissors son unas tijeras de seguridad de grado médico, hechas con acero inoxidable y empuñadura de ABS. Cuentan con una punta de protección roma, lo que evita que las tijeras se claven por accidente o dañen la piel al eliminar las restricciones.
Son capaces de cortar cuerda, envolturas de poliéster, vinilo, cinta adhesiva, bridas e incluso restricciones de cuero en caso de ser necesario.
LA SEGURIDAD NO TIENE PRECIO
Si practicas las ataduras o restricciones con asiduidad, o si estás pensando en iniciarte en ellas, invierte en unas tijeras de seguridad. Su precio no es superior al de una buena tijera media, pero la seguridad y tranquilidad que proporciona tener un plan B eficiente, no tiene precio.
Disfruta del bondage, el shibari, el kinbaku, pero hazlo desde el conocimiento, el respeto y la seguridad. Busca siempre profesionales que te asesoren en las técnicas y medidas de prevención, asiste a unos talleres prácticos y no quieras correr antes de saber ponerte en pie.
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