Las altas temperaturas se hacían insoportables. Llevábamos varios días con ola de calor y nos había perturbado como si fuera un tsunami.
Un mensaje me salvó de morir derretida en el sofá el sábado por la tarde. Marco me invitaba a su casa a probar la nueva piscina y a la barbacoa de inauguración. ¡Salvada!
Como un resorte salté del sofá, cogí las cosas y marché a su casa. Al llegar me esperaba en la puerta con un gran vaso de agua fría, siempre ha sido un gran anfitrión. En menos de 5 minutos estábamos dentro de la piscina, con una temperatura perfecta y la ligera sombra que formaban los árboles en una de las zonas. Podría quedarme justo ahí todo el verano.
Le pregunté a qué hora llegaría el resto, y mirando hacia otro lado me dijo que no había invitado a nadie más, que le apetecía estrenar la piscina conmigo a solas. Me pareció un bonito detalle, no en vano habíamos fantaseado innumerables veces con dejarnos llevar en una piscina sin preocuparnos por que nos echaran. Ahora teníamos la oportunidad, y era perfecta.
Me acerqué a él abrazándolo por la espalda. Daba pequeños besitos en su cuello y sus manos me sujetaban por los muslos. Le pregunté qué tal eran los vecinos, por aquello de que no apareciera nadie asomándose al otro lado de la verja y nos cortara el rollo. Por lo visto era una zona muy tranquila y los vecinos iban a su aire.
Bajé las manos por su torso, acariciando cada centímetro hasta llegar a la goma del bañador. Juguetee con los dedos por el borde antes de meter la mano y encontrarme con la gran bienvenida que me aguardaba. Marco nunca defraudaba y sabía recibir como nadie…
Me hizo girar, quedándonos frente a frente. Nuestras sonrisas desbordaban picardía y morbo, y las manos se volvían locas bajo el agua buscando deshacerse de cada prenda. Con la mirada fija en la mía, Marco desabrochó la parte superior de mi bikini, la lanzó al jardín y se llevó un pecho a la boca.
Notar cómo nuestra excitación aumentaba por momentos bajo el agua, cómo yo me abría y él se endurecía, cómo de manera inesperada íbamos a cumplir esa fantasía… No podía imaginar mejor tarde de verano.
Apretaba mi cuerpo fuertemente contra el suyo, deseaba sentirle en cada poro, fundirnos en un abstracto de piel y placer. Saqué su erección del bañador y tiré de la prenda, que acabó flotando en la piscina. Le masturbé suavemente, aparté la braga el bikini hacia un lado y le guie hacia mi vagina, dejando que entrara en mí despacio, sin prisa. Degustando cada milésima que su carne se internaba en la mía.
Sus manos se aferraban ahora a mis caderas, llevando él el ritmo. Disfrutaba dejándome llevar, la flotación era otro punto que le daba morbo a la experiencia, reducir el esfuerzo y maximizar la excitación por compartir la fantasía.
Hizo desaparecer la braga del bikini, nos acercamos al borde de la piscina, me subió al borde de ésta y su boca se internó entre mis piernas. El arrullo de las hojas de los árboles meciéndose, el leve sonido del agua chocando contra el borde, su lengua reconociendo cada rincón, mis manos acariciando su cabeza, mi respiración cada vez más acelerada… Un orgasmo me llenó la garganta y recorrió todo mi cuerpo.
Antes de recobrar el aliento, Marco me devolvió al agua y allí mismo, contra el borde donde me había comido hasta el éxtasis, me penetró con fuerza hasta encontrar un orgasmo compartido.
La tarde dio paso a la noche, y ésta a una gran selección de anécdotas húmedas que hacen vibrar mi entrepierna al recordarlas.
Jose dice
Una noche en Acapulco , rente una casa con vista al mar y piscina sin fin …
Mi nueva novia 1 semana de empezar la relación que llevaba 3 meses conociéndonos, bajamos a la piscina mirábamos el atardecer llego la noche y le llevé al borde cargándola , entre besos y caricias compartíamos tal excitación nos dejamos llevar la giro mirando hacia el mar del pacifico y la penetró poco a poco que gemía por todas las sensaciones nuevas , levantó su cadera y empiezo acelerar mis movimientos sentía muy lubricada su vagina no había nada que nos detuviera por estar en la piscina, llegó el momento en que la giré mirando hacia mi y hacíamos olas en la piscina de los movimientos entre ambos … uff que sensación el lugar el clima mirando el mar , ella una rubia natural ojos grises pecho copa D y una cintura que la rodeaba con mi brazo , no está por demás que tenia unas nalgas olímpicas tipo chicas de volleyball , ella es de nacionalidad húngara está por demás dar alguna explicación, al tener un orgasmo compartido salimos y tomamos un trago, era tanta la excitación que pasamos al cuarto , esa noche fue memorable …
Jose dice
Noche en Acapulco !