Vim de Fun Factory es un vibrador wand. El clásico masajeador tipo micrófono, pero con una potencia y una tecnología única que elimina la vibración del mando. El juguete más potente de la marca.
¿QUÉ ES VIM?
Se trata de un vibrador wand, el «típico» juguete que podemos decir que es para la espalda cuando, aunque también, está diseñado para la estimulación sexual. Fun Factory ha tardado años en desarrollar Vim, pero todos y cada uno de ellos han merecido la pena. Con un diseño ligero y extremadamente potente, sus vibraciones profundas y retumbantes te llevan a donde quieras. Todo con la ventaja añadida de que en el mango apenas se percibe la vibración, algo más que hace que Vim esté fuera de lo común.
¿QUÉ CARACTERÍSTICAS TIENE VIM?
- 5 intensidades de vibración y 3 patrones
- Resistente al agua
- Silicona y ABS seguro para el cuerpo
- Recargable a través de cable USB magnético incluido.
- Medidas totales: 31,3 cm y Ø 6 cm (cabezal)
- Peso: 430g
¿QUÉ INCLUYE EL PACKAGING DE VIM?
- Vim
- Cargador USB
- Manual de instrucciones
¿CÓMO ES VIM?
Vim es un masajeador externo, fabricando con silicona médica y detalles de ABS, dos materiales seguros para el cuerpo. Recuerda que, para evitar que se estropee el material, sólo debes utilizarlo con lubricante de base de agua.
Como todos los juguetes de Fun Factory, se carga a través del cargador USB con pines magnéticos. La batería puede tardar un máximo de 6 horas en cargarse, pero proporciona hasta 6 horas de juego en su intensidad más baja, o 1 hora en su intensidad más alta. Es harto improbable que necesites tenerlo encendido mucho tiempo; debido a su potencia y las vibraciones rumble —profundas y retumbantes— alcanzar cualquier meta será mucho más sencillo.
Este tipo de vibraciones profundas y retumbantes, hace que la estimulación pueda ser más duradera sin agotar la zona de estimulación. Se siente como si esas vibraciones estuvieran más allá de la epidermis, haciendo que incluso la potencia más baja se note intensa y productiva.
A diferencia de otros juguetes, Vim no es sumergible, sino que es resistente a salpicaduras. Esto quiere decir que podrás lavarlo con total tranquilidad, pero no podrás llevártelo a la ducha o la bañera.
El cabezal de Vim está texturizado, para aportar mayor estimulación durante el juego. Sus relieves son discretos y, aunque se notan, no resultan molestos en ningún momento. La disposición de las crestas hace también que el lubricante no se deslice por completo del juguete, haciendo que permanezca durante más tiempo. El cuello es flexible, adecuado para adaptarse a cualquier posición que necesites para sacarle el máximo partido a Vim.
El mango, por su parte, cuenta también con una textura mallada, haciendo que sea mucho más cómodo el agarre y evitando deslizamientos. En la parte superior se ubican los botones, cuyo funcionamiento te cuento en un momento. Contrario a lo que pasa con muchos wands —todos los que he probado—, en el mango se nota una ínfima vibración, casi lo justo para ser consciente de que está encendido. Toda la potencia, que es mucha, se concentra en el cabezal, el lugar donde debe.
¿CÓMO FUNCIONA VIM?
Vim tiene un motor, situado en la proximidad de los botones. Los botones, los clásicos de la marca, un botón FUN, un botón + y un botón –. A través de ellos se gestionan las 5 intensidades y los 3 modos de vibración, así como las graduaciones intermedias, algo novedoso y muy interesante.
Para encenderlo necesitas apretar el botón FUN un segundo, y comenzará a vibrar. Apretando el botón + o – podrás moverte entre las diferentes configuraciones, como es costumbre. Pero lo nuevo y diferente es que puedes configurar micro niveles. Si pulsas el botón + de manera constante, notarás cómo se aumenta el nivel de vibración, haciendo microajustes; y si pulsas el botón – harás la tarea inversa, disminuyendo ese nivel. Una manera de personalizar al máximo el uso de Vim, pudiendo tener la intensidad justa en cada momento.
Es probable que, sobre todo los primeros usos, no pases del segundo nivel, porque la potencia es increíble. Es un wand apto para todos los gustos, pero si lo que prefieres son las vibraciones suaves, creo que Vim será demasiado y estará desaprovechado. Ahora, si lo que te gusta es una buena potencia, tienes un largo recorrido de exploración.
Cuando lo vayas a encender por primera vez es posible que encuentres que los botones no reaccionan. Eso es debido a que está activado de fábrica el bloqueo de viaje. Para desactivarlo tienes que pulsar el botón FUN y + hasta que notes una pequeña vibración; para activarlo pulsa FUN y – y nuevamente te avisará una pequeña vibración. Si lo llevas de viaje, recuerda activarlo para evitar encendidos accidentales.
¿CÓMO SE LIMPIA VIM?
La limpieza de Vim es muy sencilla. No puedes sumergirlo, pero si puedes lavarlo y aclararlo. Utiliza un jabón neutro y agua tibia, y frota el cabezal para eliminar cualquier resto de fluidos. Aclara y seca con un paño que no deje pelusas.
Es posible que en el cuello del juguete quede algo de humedad, asegúrate de pasar bien el paño por ahí, y déjalo un rato al aire, antes de guardarlo, para que se evapore la humedad que pueda quedar.
La caja es un buen lugar para guardarlo, pero también puedes comprar o fabricar una funda para juguetes, para que esté protegido.
PROS Y CONTRAS
PROS
- Una potencia in-cre-í-ble
- Muy personalizable
- Bastante silencioso
- Vibración rumble (profunda y retumbante)
- Sistema de botones en relieve que facilita su uso
- Mango antideslizante
- No se siente la vibración en el mango
CONTRAS
- La batería puede tardar hasta 6 horas en cargarse
- Precio alto, aunque vale la pena cada céntimo
OPINIÓN
Vim me atrajo primera vista. Estéticamente es precioso, y los colores disponibles (naranja y azul marino) muy llamativos y divertidos. Cuando Deltoya me contó su experiencia con Vim, me entraron muchas más ganas de probarlo. Y cuando tuve la oportunidad, supe a qué venían tantas alabanzas. Si tienes pene te recomiendo leer su review, porque te dará una versión sobre un uso distinto al mío.
Es probable que sepas que tengo un amor especial por los productos de Fun Factory. Además del aliciente de ser de diseño y fabricación europea —alemana concretamente—, y su concienciación con lo ecofriendly y la ética de producto, tiene juguetes divertidos y para todos los gustos. Por no hablar de las potencias de sus vibradores. Y cuando se habla de potencia, Vim se sale de las gráficas. Se trata de un masajeador realmente potente y con una alta capacidad de personalización.
Si eres fan de los susurros vibratorios, Vim se te quedará muy grande. Este producto está diseñado para dar caña, incluso en sus intensidades más bajas. El motor rumble presenta una vibración retumbante y profunda, lo que hace que la zona no se resienta mientras hace lo suyo, permitiendo un juego más duradero y que alcances todos los orgasmos de los que seas capaz. Es cierto que, después de un tiempo, yo noto la vulva algo acolchada, pero se mantiene igual de sensible a la estimulación. No se te adormece como puede pasar con otros wand de gran potencia.
No te engaño si te digo que me costó varios días atreverme a pasar del segundo nivel de intensidad. Y que cada vez que lo he usado, la media «de cero a orgasmo» han sido menos de 10 minutos. No es que se trate de un vibrador para ir con prisa, como se venden muchos en el mercado, sino que su potencia, concentrada en el clítoris, permite resultados rápidos si así lo deseas —o si no puedes evitarlo—.
Es bastante silencioso. Hay que tener en cuenta que, como cualquier producto, cuanta más alta sea la potencia a la que lo pongas, más ruido hará. Aun así, resulta bastante discreto.
Su cabezal flexible hace que sea cómodo ajustar la posición como desees, y el mango antideslizante me parece lo más. Por no hablar de lo maravilloso que es no sentir en éste toda la potencia de vibración. Así se evita que se te duerma la mano o que, en caso de túnel carpiano o similar, te llegue a doler incluso. Creo que uno de los puntos fuertes de la mayoría de juguetes de la marca es ese enfoque ergonómico, y con Vim vuelve a repetirse. Lo puedes usar sujetándolo con la mano, pero también dejando que repose entre los muslos, o colocándolo en una silla o almohada para no tener la necesidad de mantenerlo durante el juego. Aunque es un juguete ligero dentro de las características, no deja de pesar 430g, lo que puede ser excesivo para determinadas personas con diversidad funcional.
Se presenta como más ligero, más retumbante (rumble) y más potente. Esto se mide respecto al wand líder del mercado —el famoso Hitachi—. No he probado ese modelo en concreto, pero sí otros que resultaban pesados, cuya vibración terminaba siendo superficial —que se extendía al mango—, y alguno cuyo peso se hacía insoportable. También otros muy ligeros con una vibración más penetrante. Pero hasta el momento, he de decir que Vim se ha convertido en mi wand preferido. Y créeme, he hecho muchas pruebas para determinar esto.
Es un juguete llamativo, potente, personalizable, versátil, ergonómico y accesible. Sí, el precio es alto, pero creo que vale lo que cuesta.
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