¿Por qué cada vez es más frecuente que alguien se comprometa en exclusiva con una compañía telefónica, que con una persona? Y, ¿por qué tiene que haber algo malo en ello? ¿Son las relaciones sin compromiso una etapa, o por el contrario una forma de vida?
RELACIONES SIN COMPROMISO
Cuando hablamos de la ausencia de compromiso es, en algunas ocasiones, más una forma de hablar que una ausencia total de compromiso. Esto se debe a que mucha gente tiende a generalizar y tildar cualquier relación no normativa como «sin compromiso», cuando no puede ser nada más lejos de la realidad. Por supuesto, no pretendo aquí sentar cátedra sobre cómo debe llevar cada persona sus relaciones, sean o no normativas; cada cual que se organice con sus acuerdos y líneas rojas.
Este artículo va sobre un tema más general, que abarca tanto esas personas que tienen relaciones abiertas, liberales, poliamorosas o cualquier otro formato que salga mínimamente de lo que entendemos como habitual; como aquellas que aun en una relación normativa buscan descubrir nuevos contactos para relaciones casuales (la fidelidad le corresponde a cada cual, no es asunto mío inmiscuirme, al menos en este artículo).
¿UNA ETAPA O UNA FORMA DE VIDA?
No me costaría mucho encontrar a alguien que soltara eso de «eres mayor para ir de flor en flor», o cualquier frase hecha con similar significado. Por supuesto que se puede ser mayor para ir vagando de una conquista a otra, solo que nadie se ha atrevido a especificar cuándo eres mayor para ello, ni que en algunas personas puede ser los a 25, y en otras los 80 años.
Si me hubieras preguntado en mi adolescencia, allá hace ya media vida, seguramente habría afirmado que a partir de X edad (más cercana a los 20 que a los 30) era hora de sentar la cabeza y comprometerse. Y es que con el tiempo evolucionamos, y nos damos cuenta, yo incluida, que los convencionalismos sociales están como opción, y que no es obligatorio (ni accesible) tener una vida estilo película de Hollywood a los 25. También que sin con 45 años sigues soltera y disfrutas de relaciones sin compromiso, no estás rota ni amanecerás una mañana rodeada de gatos.
Dicho lo anterior, y desde mi humilde opinión, sí. Sí a las dos opciones. Pues las relaciones sin compromiso pueden ser tanto una etapa, como una forma de vida. Igual de lícitas ambas, y sólo depende de la persona en cuestión decidir si es lo que desea.
BENEFICIOS DE LA AUSENCIA DE COMPROMISO
Centrándonos en que deseamos, simplemente, una relación casual, sin entrar a especificar si tenemos o no una relación con otra u otras personas, ni de qué clase sea; qué menos que madurar un poco la cuestión y ver si es eso lo que de verdad queremos y necesitamos.
Inconvenientes tiene todo, debes valorar si los beneficios te pesan más que los posibles inconvenientes o si, sea como sea, te quieres tirar a la piscina y que pase lo que tenga que pasar. En esta ocasión pasaré de puntillas sobre esta parte.
Pero beneficios. Hum, ¡qué te voy a contar yo tras años de disfrutar de unos brazos a otros! Puedes, con gran facilidad, olvidarte de las rutinas, encontrar un nuevo flechazo cuando te apetezca sangre fresca, descubrir placeres sin nombre (a veces proporcionados por alguien que tampoco lo tiene, o no lo recuerdas), encontrar amantes innovadores, personas sin miedo a probar cosas nuevas, y lo que también es importante, sin miedo a compartirte. Encontrar alguien que se quiera quedar a los mimos post sexo, pero también quien termine de vestirse en el ascensor.
Las relaciones sin compromiso, en su más sencilla definición, permite tener cada día el amante que deseas. Alguien que comparta contigo una experiencia concreta, con quien disfrutar, gritar de placer entre orgasmos, aullar de dolor entre azotes, reír entre caídas de la cama, pedos vaginales y posturas imposibles. Dicho de otra manera, quizá frívola, como escoger el outfit según tu estado de ánimo. Y con las mismas cambiar de modelo si no te acaba de sentar bien, o repetir cuantas veces quieras con aquel que se ajusta tan bien a tu cuerpo.
SÍ, QUIERO UNA RELACIÓN SIN COMPROMISO
Oh, yeah! Una vez has valorado los pros y los contras de una relación sin compromiso, y quieres dar el paso, sea para un momento puntual, porque deseas vivir con amantes nuevos cada día, o porque busques ampliar tu relación, viene la parte complicada: encontrar a la persona que se ajuste a lo que buscas y con la que tengas afinidad.
Descubrir una red social en la que la gente busca lo mismo que deseamos encontrar, conocer personas inesperadas, dar rienda suelta al flirteo… Ya estás en la piscina, ahora sólo tienes que encontrar con quien quieres dar unas brazadas y gozar del chapoteo.
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