La sexualidad y nuestra visión sobre ella ha evolucionado mucho en los últimos años, pero aún hay prácticas eróticas que nos cuesta implementar en nuestra intimidad. Si bien el sexo anal está cada vez mejor visto, el beso negro, por ejemplo, a pesar de estar profundamente relacionado, nos cuesta llevarlo a la práctica.
¿Qué prácticas eróticas estamos realizando por debajo de nuestras posibilidades? Veamos 5 ejemplos.
BESO NEGRO
El beso negro es una práctica erótica donde se lame, besa y juguetea con la boca y la lengua en el ano de la otra persona. Lo que podemos llamar también anilingus.
Sé que todo lo que tiene que ver con lo anal suscita dudas en cuento a la higiene y los ascos de la gente. Una higiene básica, tras una ducha, por ejemplo, es suficiente. También puedes utilizar lubricantes de sabores para darle un toque especial y para ayudarte si sientes un poco de reparo. Importante, las barreras de látex serán la protección que necesitas contra ITS.
Busca una postura cómoda, o cómele todo a tu pareja cuando la pasión te guíe. Quizá la idea inicialmente sorprenda, pero es una práctica muy placentera.
MASTURBACIÓN VOUYER
Un juego que implica una dosis de voyerismo y otra de exhibicionismo. Masturbarse en pareja no es algo nuevo, pero lo que no solemos hacer es observar cómo lo hace la otra persona y hacerlo a la vez en nuestro cuerpo. Sin rendirnos al impulso de interaccionar directamente.
Es una magnífica manera de descubrir cómo le gusta a la otra persona la masturbación, sus ritmos, los movimientos que más le hacen sentir o su rostro mientras recibe su propio placer y ve cómo tú te das el tuyo. El morbo del exhibicionismo y el voyerismo combinado.
Utiliza sin miedo cosméticos o juguetes eróticos para intensificar el placer, tanto el físico como el visual. También podéis intercambiar palabras sexys o describir lo que te gustaría hacerle.
DEDO EN EL CULETE
Esta práctica erótica también recibe el nombre de postillonage, pero no deja de ser la introducción de uno o más dedos en el ano momentos antes del orgasmo, a fin de intensificar el clímax. Cualquier persona puede encontrar placer con esta práctica, sólo necesita un ano, y alguien que meta el dedito dentro en el momento justo.
Utilizar lubricante o, en su defecto, que el dedo esté bien mojado de flujo, por ejemplo, facilita la introducción y que la sensación sea agradable. No importa si se realiza durante la penetración vaginal, el sexo oral o la masturbación. Con un poco de habilidad, que podrás coger con la experiencia, harás que tu acompañante vea colores nuevos mientras se corre.
Eso sí, siempre con delicadeza. No se trata de resetearle introduciéndole el dedo, debe hacerse con calma e incluso jugando un poquito antes en la entrada del ano, como un apetitivo de lo que llegará.
PETTING A CUALQUIER EDAD
El petting consiste en rozarse cuerpo a cuerpo, habitualmente con toda la ropa puesta, sin que haya penetración en ningún momento. Sería como ese calentón adolescente que hemos podido tener alguna vez, cuando queríamos darlo todo, pero sin «llegar hasta el final». El roce puede o no proporcionar un orgasmo a la pareja o a una de las partes, pero no resulta el fin principal.
Se trata de explorar los límites de las ganas, sin perturbar la frontera de la ropa y cierto «decoro». Sin riesgo de ITS ni embarazos, puede resultar increíblemente morboso rozarse con la pareja en diversas circunstancias, y es relativamente sencillo disimular lo que está pasando si os pillan. Quizá parezca que follábais, pero no. Eso sí, mejor ni preguntar cómo están las entrepiernas de excitadas…
Es una de esas prácticas eróticas que te puede ofrecer mucha información sobre la actitud en el sexo de la otra persona, sin intimar en exceso. Puede ser un precursor de algo más, o quedarse en un intenso o pausado roce íntimo; que, por otra parte, no está nada mal. No todo va a ser penetración y fluidos.
BANGOVER O RESACA SEXUAL
Esto es para personas pro. La resaca sexual o bangover requiere, obviamente, haber tenido previamente una intensa sesión de sexo. Aquí las prácticas eróticas van antes, y esto es el premio o el castigo por haberlo pasado realmente bien. Por supuesto, no todo el mundo desea esto, ni toda la gente puede permitírselo por cuestión de tiempo, resistencia física u oportunidad.
Hace ya muchos años de mi último bangover. Fue tras un maratón sexual, y te deja con el cuerpo para derribo; por experiencia te digo que no es para todos los públicos. Si te quieres aventurar a la experiencia, recuerda hidratarte antes, durante y después, hacer algunas paradas para alimentarte —los plátanos son geniales por el potasio y el magnesio—, usar protección y disfrutar mucho. Según tu resistencia física, igual necesitas planificar un día libre para poder recuperarte de la resaca sexual.
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