Foto de Priscilla Du Preez en Unsplash
La amistad tras el sexo se idealiza, como algo utópico, llegando a pensar que cuando los encuentros piel con piel finalizan, todo lo demás le sigue. ¿Es un mito o una realidad que sea posible seguir teniendo amistad con quien nos vio orgasmar?
LA AMISTAD
Se tiene la idea de que resulta difícil, o imposible, tener amistad con alguien del sexo opuesto. Esto, además de partir de una idea heteronormativa, resulta triste. ¿Deberíamos decir, para amoldarnos a la realidad, que no se puede tener amistad con personas que te atraigan? ¿No es la amistad, y el vínculo que une a dos personas, una representación de cierto atractivo mutuo, aunque éste no sea físico y/o sexual?
Con ese planteamiento, ¿deberíamos tener amistad con personas que nos desagradaran? Entonces, ¿qué lo diferenciaría de quien no es amigue?
La amistad surge de puntos en común, por pequeños que sean, de experiencias compartidas y de cierto atractivo que nos une cual imán a otra persona. Claro está, con mayor o menor magnetismo, pero no debe verse limitado por nuestros hipotéticos sentimientos románticos, por el atractivo físico que veamos en otra persona o por nuestra identidad u orientación sexual. ¿No somos adultos funcionales, capaces de congeniar con personas al margen de si tendríamos o no sexo?
LA AMISTAD Y EL SEXO
Cuando congenias con alguien es posible que, aunque la relación no comenzara con ese propósito, acabéis enredando lenguas y compartiendo gemidos. También es cierto que la remota posibilidad de que eso termine sucediendo no quiere decir que deba pasar siempre, ni que sea el desenlace lógico. Sólo que, algunas veces, pasa. Y cuando lo hace, o está a punto de hacerlo, se plantean varias cosas.
Por una parte si la amistad resistirá el nuevo componente sexual en la relación, si se plantea como algo esporádico o como algo que puede ir más allá y, en ese caso, si la opinión es compartida o existe una desigualdad entre lo que quiere una persona y otra.
Por otra parte, cómo cambiarán las cosas. Porque, queráis o no, cambiarán. Está en la comunicación y la sinceridad que ese cambio sea para bien o tense las cosas en algún punto que termine poniendo sobre la mesa una situación poco agradable. La amistad tras el sexo se puede ver fortificada, pero también apaleada.
EL SEXO Y LA AMISTAD
Cuando sucede primero el sexo, y luego surge la amistad. Podría verse como construir la casa por el tejado, pero hay veces en las que, vivido ese punto álgido de tensión sexual previamente, se ha sacado al elefante de la habitación sin que se mueva ni un mueble. La atracción sexual se ha explorado, o se sigue haciendo, y todo lo que nazca de ahí debería tener la pureza de la sinceridad. Total, ya ha habido sexo, ¿para qué tendría que dorarte la píldora?
Tendrás que saber con qué te sientes a gusto. Habrá personas que querrán contarte lo mundano, otras sus pensamientos más profundos, también quien negará verse con otras personas o ignorará el tema, pero también quien quiere compartir sus hazañas contigo. Al igual que tú, cada cual puede marcar con qué se siente a salvo y dónde puede encontrar comodidad. Lo importante no es que compartáis más o menos, sino que aquello que se comparta no incomode a la otra persona. Llegar a un punto medio resulta imprescindible.
LA AMISTAD TRAS EL SEXO
La amistad tras el sexo, según mi experiencia, es posible. Ahora, también es muy posible un fracaso total. Créeme, he conocido las dos versiones. Tú tienes un papel muy importante en cómo vaya la cosa, pero la otra persona tiene la otra mitad de la responsabilidad. Nada te garantiza que salga bien, ni que sea un desastre, sólo los actos y la comunicación, incluso aquello que no se dice.
He conocido personas fantásticas con quienes, tras una amistad, surgió algo más. Y otras con quienes sucedió al revés. También amistades que se vieron complicadas por el sexo, y sexo del que jamás pudo salir amistad. Si vas a mezclar amistad y sexo, debes tener claro qué tiene más peso en la relación, no vaya a ser que un día te sorprendas llamando amigo a alguien que sólo te quiere para follar.
¿MITO O REALIDAD? DEPENDE DE TI
Se pueden forjar grandes y duraderas amistades tras el sexo, incluso cuando éste desaparece de la ecuación. Por supuesto, lo que termine pasando será cosa de las partes implicadas. Si te desvinculas por completo no puedes pedir que la otra persona pierda una mañana para regarte las plantas. Pero si decides mantener el vínculo, es posible que esa persona pueda ser un elemento importante en tu vida; una persona que conoce aspectos de ti que otros amigos desconocen.
Mito o realidad, depende de ti y de la otra persona. Pues no hay amistad que pueda beber de un único río, haya o no sexo en común.
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