Plush Doll es una muñeca sexual, pero también un peluche e incluso un recurso terapéutico. Este curioso complemento erótico tiene mucho que ofrecer.
KYO, una marca japonesa distribuida por Motsutoys, cuenta con productos principalmente destinados al pene y su estimulación. Con una gran variedad de mangas masturbadoras o muñecas eróticas de tinte realístico, nos trae ahora un innovador producto complementario.
🎥 YouTube ha decidido poner restricción de edad en el vídeo de Plush, tendrás que ir a YouTube e iniciar sesión y probar que tienes más de 18 años para verlo. O bien, verlo a través de Vimeo aquí abajo… 🎥
¿Qué características tiene?
- Peluche con relleno firme y suave felpa.
- 4 kg de peso, aproximadamente.
- Medidas:
- Altura total: 79 cm
- Circunferencia de la cabeza: 68 cm
- del pecho: 75 cm
- del brazo: 25 cm
- Espalda a la pierna: 40 cm
- Orificio para la manga masturbadora:
- Fondo: 22 cm
- Diámetro: 6 cm
- Circunferencia: 18,8 cm
¿Qué incluye?
- Plush Doll
Cuéntame más
Mi primera impresión hacia Plush fue de curiosidad. Nunca había visto algo similar, y comencé a imaginar el potencial, más allá del indicado por la marca. A simple vista es achuchable, no en vano es peluche, pero tiene mucho más.
Ésta es la versión 2.0 de Plush, con pechos más grandes y el orificio para la manga masturbadora mejorado.
Sé que todavía no tienes del todo claro qué es Plush. Se trata de una muñeca erótica con una cavidad para incorporar una manga masturbadora. A diferencia de otras, Plush está hecha con peluche, y en lugar de llevar integrada la manga para la masturbación, se le puede colocar la que más te guste. Resumiendo, y usando las palabras de Motsutoys, «deja de masturbarte y empieza a follar».
Con un pelo aproximado de 4 kilos, y 79 cm de atura, se presenta como un complemento erótico de tamaño considerable, pero fácil de mover, dirigir, agarrar y achuchar.
Centrémonos
Su diseño es claramente una representación humana, pero no debemos verlo como una forma de cosificar a la mujer. Se trata de un juguete, no le demos por tanto un poder o valor que no tiene. Es un J U G U E T E, no un sustituto ni una forma de vejar a nadie.
Me gustó que, a pesar de ser una muñeca erótica, no se presentara hipersexualizada de manera desagradable. Plush tiene un diseño sutil y elegante, dentro de lo que es. Quizá no es para presentársela a tus amigos, pero tampoco para tener que ocultarla como si se tratara de algo obsceno. No cuenta con rasgos faciales, lo cual creo que juega a favor del diseño y de evitar que se perciba como una persona. También han tenido el buen gusto de un intentar dibujarle una vulva; está claro que cuenta con un orificio para colocar una manga, pero lo veo como juntar dos almohadas para masturbarse, algo más abstracto e inocuo.
El tacto de la felpa es muy suave y calentito. Es de esos peluches que dejan la marca cuando pasas la mano, pero se borra cuando la pasas en dirección contraria. El relleno es firme, lo cual facilita los movimientos y que Plush pueda sostenerse «de pie» sin necesidad de apoyo. Esto también hace que no se bambolee cuando se tiene sexo con ella, y que pueda soportar ligeramente el peso de la persona sin convertirse en una almohada de hotel cutre.
Aunque el cometido principal de Plush es servir como muñeca sexual, tiene un alto potencial emocional en cuanto a mimos se refiere. No sólo podrás acariciar su suave felpa, sino que puede convertirse en una compañera de cama perfecta para acurrucarse a dormir, o ver una peli, leer…
Planteada como un peluche con el que poder follar, puede percibirse como un recurso erótico para las personas con acrotomofilia (en el vídeo te lo explico). Además, creo que tiene aplicaciones terapéuticas en diversas áreas; con la mente abierta y un poco de imaginación, creo que puede ayudar a muchas personas con el apoyo profesional (psicológico y/o sexológico) adecuado.
¿Cómo funciona?
Plush no cuenta con motores ni complicadas funcionalidades. Su manejo es bastante simple.
En la entrepierna cuenta con una cavidad u orificio, o lo que podríamos interpretar como una funda. Esta funda está diseñada para albergar tu masturbador favorito. Tiene un tamaño considerable, tanto de ancho como de largo, esto hace que sea ideal para mangas de tamaño medio a alto (arriba te indico las medidas). KYO tiene una amplia selección de mangas masturbadoras, pero yo lo he probado con el primer Satisfyer Men; un ejemplo seguramente más común o entendible a tus ojos.
Basta con introducir el masturbador en el orificio, asegurándose de que queda bien dentro pero lo suficientemente fuera como para poder usarlo -¿qué gracia tendría sino…?-. La propia cavidad tiene en el contorno una cuerda reguladora. Podremos así ajustar el masturbador en el interior, para evitar que se pueda salir durante el uso. Los extremos de la cuerda, una vez ajustada, pueden introducirse dentro del orificio para evitar que molesten.
Una vez colocada la manga masturbadora, sólo tienes que pasarlo bien. Gracias a su diseño será fácilmente manejable para acoplarse a distintas posturas, permitiéndote acariciar su felpa o agarrar sus pechos o nalgas en lugar de estar con la mano fija en el masturbador. En este aspecto resulta mucho más natural y parecido a lo que harías al tener sexo con otra persona.
La hora de la limpieza
La limpieza es mucho más sencilla que en otras muñecas eróticas. En otros modelos, de pesado ciberskin, tienes que llevar todo el torso a lavar y luego es una odisea que quede bien y esperar a que seque para guardarlo. Con Plush la cosa se simplifica muchísimo. Lo único que tendrás que lavar será la manga masturbadora, lo cual hace que la hora de la limpieza sea mucho más rápida y cómoda.
La muñeca está hecha de peluche, y aunque en tu casa hayas podido meter los peluches en la lavadora, no será el destino de éste. Si Plush se manchara, puedes limpiarlo con una toalla húmeda y un poco de jabón, con cuidado de no frotar en exceso para no estropear la felpa. La funda de la cavidad puede darse la vuelta para limpiarla. No obstante, mi consejo es que tengas cierto cuidado y lo pringoso se lo dejes a la manga masturbadora para que Plush dure en perfectas condiciones por más tiempo. Quizá no es lo que más te apeteciera, pero si con el tiempo ves que se ensucia, prueba a llevarlo a un lugar de limpieza de tapizados.
Durante el uso común, es fácil que puedas terminar sudando (por la actividad física, la felpa y el calor que da). Puedes proteger a Plush vistiéndola o colocando un paño sobre las zonas de mayor contacto. Igualmente, y aunque esté aparentemente limpia, déjala al aire un buen rato tras el sexo para que la humedad que pueda tener en la felpa se evapore; guardarla húmeda puede deteriorarla.
Conclusiones
La colocación de la manga masturbadora en Plush es muy sencilla, y me parece un buen recurso para poder personalizar más la masturbación; tu manga favorita puede verse actualizada con este peluche, y de una manera muy excitante.
Aunque tiene unas dimensiones importantes, resulta ligera y fácil de mover (no en vano me pasé todo el vídeo con ella en brazos sin esfuerzo). Me gusta, como decía antes, que no se haya buscado la imitación humana con rasgos faciales. La textura de la felpa es muy suave y el relleno lo suficientemente firme sin pasarse. Es cómodo apoyarse en ella, sea para dormir o para un encuentro más íntimo.
Si bien es un complemento erótico mayormente enfocado al pene, creo que cualquier persona puede verle utilidad o potencial. De hecho creo que puede emplearse también con fines eróticos para personas con vulva. No sólo porque podamos rozarnos contra Plush, que sinceramente, es estimulante. Se le puede colocar una manga masturbadora y en ella un dildo doble, colocarle un strap-on, o bien sólo la manga y colocarnos el strap-on en nuestras caderas. He de reconocer que terminé muy excitada en el desarrollo de esta review con sólo imaginar el potencial de Plush.
A menudo pecamos de simplistas, y no vemos más allá en productos eróticos que tienen mucho más que ofrecer de lo que se lee a simple vista. Plush, un juguete diseñado para el pene, puede ser igualmente usado teniendo vulva. También podemos abrir la mente al uso terapéutico de productos eróticos, que en este caso puede ser muy diverso, incluso aplicado en términos más emocionales.
Estos días han sido interesantes, aunque me haya llevado más de un susto al girarme y verla ahí sentada en la cama por la mañana, o en la silla del escritorio por la noche. Y con ello no puedo evitar imaginarme una escena de Toy Story, con Plush hablando con el pato vibrador, los muñecos de Neudies y el oso BDSM, y sentirme un poco vergonzosa por haberle restregado las tetas. Lo cierto es que me da un poco de pena guardarla en el armario, pero mi habitación es pequeña y mi cama va a juego; ojalá tener un espacio más grande para no hacinarla contra los abrigos.
Plush no es un complemento barato, eso está claro. Ahora, si te ha llamado la atención la review, quizás deberías echarle un vistazo y valorar todo lo que tiene que aportar. Podrás encontrar más imágenes y un vídeo revelador en la web de Motsutoys, donde también podrás comprar Plush.
Pros
- Achuchable.
- Gran potencial erótico, tengas o no pene.
- Posibilidades terapéuticas.
- Ligero y manejable.
- Acepta casi cualquier manga masturbadora.
Contras
- Si la felpa se mancha no es tan fácil de limpiar según el tipo de mancha.
- Precio elevado.
Recomendaciones
- Fíjate en las medidas del orificio para comprobar si tu manga masturbadora es apta.
- Evita que se manche la felpa de Plush.
- Derrocha imaginación y sácale todo el potencial.
- Guárdalo en un lugar fresco y donde no se aplaste. Si está húmedo, espera a que seque antes de guardarlo.
He podido probar Plush Doll de KYO por cortesía de Motsutoys; gracias por la confianza y por descubrirme tan interesante producto.
Angel Bescós Hernández dice
Sobre su utilidad como «compañía», o estar abrazado a algo/pseudoalguien mientras duermes… las muñecas hinchables clásicas, las de plástico, también tienen cierta utilidad para ese uso. Y las modernas muñecas hiperrealistas, imagino que también (estas no las he podido probar todavía)