Las líneas eróticas surgieron hace más de 30 años, y aunque han evolucionado adaptándose a las nuevas tecnologías y los requerimientos del público, mantienen su principal atractivo: la excitación a distancia manteniendo el anonimato.
¿QUÉ ES UNA LÍNEA ERÓTICA?
Como su nombre sugiere, una línea erótica es un teléfono donde se puede interactuar con otra persona de manera sexual. En sus inicios el estilo era algo muy estandarizado, pero en la actualidad existe una infinidad de temáticas donde explorar las fantasías y dejarse llevar mientras una voz, al otro lado, nos describe la escena.
¿CÓMO NACIERON LAS LÍNEAS ERÓTICAS?
Como muchas cosas en el mundo capitalista, por dinero. El sexo siempre ha tenido su público, entonces todo el material pornográfico era de pago, fuera en revistas o vídeos. No es de extrañar que hubiera personas dispuestas a realizar una inversión periódica para recibir el estímulo personalizado por teléfono.
El crecimiento de la demanda, y la diversidad del mercado hicieron que la actividad se diversificara y ofreciera una variedad más amplia de historias y temáticas; como la que puedes encontrar en TelefonoEroticos.com.
DIRTY LINES, EN NETFLIX
En abril de este año se estrenó en Netflix «Dirty Lines» (Líneas calientes), una serie holandesa que relata cómo surgieron las líneas eróticas en una Ámsterdam que vivía un tanto al margen y que, ni mucho menos, lucía como lo hace ahora. Si eres de mi club que odia leer subtítulos si hay alternativa, estás de suerte porque la serie está doblada al castellano.
Son de esos estrenos que pasan desapercibidos, pero que tienen un contenido de calidad e interesante en una temporada (por el momento) de 6 capítulos. Temía que fuera ese tipo de serie que te hace desear recuperar el tiempo invertido, y necesitar una ducha para quitarte toda la caspa; ya sabes, lo referente a la sexualidad muchas veces no se trata como debería y termina dando asco. Fue una grata sorpresa encontrar que la protagonista es una mujer joven, negra y estudiante de psicología (aunque en la serie sólo se hable de sus clases de sexología) con la mente abierta, pero que no representa un rol hipersexualizado.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que se desarrolla en la Ámsterdam de finales de los 80, y al basarse en una historia real no podemos exigirle un enfoque 100% feminista, aunque sí tiene un punto educacional sobre la sexualidad femenina, y la diversidad sexual. En la trama veremos a hombres queriendo ser ricos, drogas, sexo y una representación de la sociedad del momento. No obstante, aunque se trate de una serie sobre líneas eróticas y sexualidad, la inmensa mayoría del sexo que se muestra (en imagen o audio) es justificado, lo cual se agradece.
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Merece la pena que le eches un ojo. Si bien hay momentos en los que anticipas la tragedia, otros sorprenden con interesantes datos sexológicos, mujeres marcando límites y empoderándose, y la curiosidad de cómo nació la industria que precedería al porno online o los sitios de webcamers.
La serie mola al inicio para entender como llega este servicio para adultos en Holanda y para los que hemos viajado a ese país entender la evolución del sector adulto como negocio.