¿Tienes cosquillas? Yo soy una fábrica de ellas, pero no siempre me gusta que me las busquen, ni mucho menos que me las encuentren.
Aun así, hay ocasiones en las que un ligero cosquilleo puede ser muy excitante y encender la llama de la pasión. Para estos juegos siempre está bien tener a mano un pequeño plumero erótico.
ESCOGE
Existen plumeros de muchos tipos y tamaños, elige el que más te guste y que veas más práctico. Los de tamaño pequeño son prácticos para poder guardarlos en cualquier sitio y para caricias cercanas, y los más grandes o con mango más largo permiten más distancia, pero son más difíciles de guardar.
También tendrás que elegir el tipo de material, pues no es lo mismo que sea de marabú o de plumas sencillas; el primero creará una sensación más «cosquilleante» y acostumbran a ser cortos, casi como bolitas, y el segundo permite un juego más preciso, además de mayor estabilidad para piezas más grandes.
EL JUEGO
El juego puede ser tan sencillo o complicado como quieras. Puedes jugar a recorrer el cuerpo de tu amante lentamente con el plumero, pasando por cada rincón solamente con el complemento, acariciar y provocar esas pequeñas cosquillas que son más estimulantes que cómicas.
O bien recompensar cada caricia con un beso, haciendo un camino con las plumas que tu boca seguirá e intensificará a su antojo.
Quizá busques algo más elaborado, y aquí no hay límites más allá de la imaginación y el deseo. Puedes alternar otras prácticas, ya sea masturbación, penetración, o incluso un estimulante masaje, con el paso de las plumas sobre la piel.
Observar cómo la piel se va erizando al pasarlo suavemente, la respiración se incrementa al rozar las zonas más sensibles, el cuerpo se contonea buscando más contacto o un juego más profundo…
TEN EN CUENTA
Ten en cuenta que, chistes aparte, no estás quitando el polvo, sino estimulando a otra persona. Eso requiere de cierta delicadeza, pues el plumero es un elemento provocador que funciona mejor si se usa con suavidad y disfrutando de cada roce y caricia.
Si lo que quieres es un juego más intenso, ya hablaremos de otros retos para esos arrebatos de pasión más salvaje. El plumero, o la pluma, es más un complemento que explota la sensualidad y alimenta la excitación.
A menos que hagas cosquillas en los pies, que ahí puede convertirse en una herramienta de tortura. Que, por otra parte, si os gusta, ¿por qué no?
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