Más allá de un descargo de excitación sexual, podemos percibir el sexting como herramienta, una que puede sernos realmente útil en muchas circunstancias.
EXCITACIÓN
Utilizamos el sexting, por regla general, para aliviar cierta tensión sexual, para desarrollar fantasías, para mantener un contacto íntimo con amantes… En definitiva, como un medio para lograr un fin, en este caso, la resolución de esa excitación que sentimos en un momento dado.
REGLAS
Es importante seguir ciertas reglas. Éstas no son iguales para todo el mundo, pues cada persona tiene las suyas y pueden variar de una vez a otra, o de un amante a otro. Lo importante es tener claros los límites de cada cual y, por supuesto, el mayor de los respetos.
Respeto desde incluso antes de comenzar, pues obligar, intimidar o presionar a alguien para hacer algo que no le apetece no es una opción. Y si lo ves como tal, deberías dejar, inmediatamente, de comunicarte con otras personas de esta forma.
Dentro de la apetencia de las personas implicadas, y el respeto durante la experiencia o el encuentro virtual es un imprescindible. Como en Las Vegas, lo que pasa en el sexting, se queda en el sexting. Y esto incluye conversaciones, fantasías, audios, fotos o vídeos.
NO CRUCES LA LÍNEA
Cuando alguien decide hacer sexting con otra persona, decide hacerlo sólo con dicha persona, no con toda la gente que conoce. Eso quiere decir que si tú o la otra persona, decides enviar una foto, ésta debería quedarse únicamente en esa conversación, no convertirla en un meme ni hacerla rotar por internet para alardear de tus conquistas, reírte de nadie ni intentar arruinar su vida de cualquier retorcida manera imaginable.
Compartir contenido privado con terceros es delito. Reenviar ese material erótico que te ha llegado de tu amante de turno, es delito. Intentar chantajear a alguien con publicar ese material, es delito. Publicarlo sin permiso, es delito… Antes de actuar, reflexiona sobre si estás haciendo lo correcto, las posibles implicaciones de ello, y cómo te afectaría a ti de ser tú la víctima. Un poco de respeto y empatía, por favor.
SIN DIVERSIÓN NO VALE
Si el sexting deja de ser divertido, por definición, debería dejar de existir, parar y plantearse si merece la pena repetir con esa persona. El sexting, como el sexo convencional, está hecho para disfrutar, con la propia pareja, una persona que hemos conocido en redes o alguien al azar con quien, por cosas de la vida, te ha dado esa confianza y apetencia.
Con respeto y excitación, el juego no tiene más límites que los que pongáis. Procurad que la experiencia sea enriquecedora, y no algo de lo que arrepentirse.
UNA HERRAMIENTA
Más allá del vehículo de una excitación a distancia, el sexting puede ser una herramienta muy válida para otros fines. En parejas que han perdido esa pasión inicial, embarcarse en conversaciones subidas de tono a lo largo del día puede ser gratificante, y encender la chispa para que arda al reencontrarse.
Tampoco es necesario que sea 24/7, pero un mensaje picante de vez en cuando, un pensamiento erótico, un anhelo sensual puede aumentar la autoestima de la pareja y favorecer un aumento de la pasión. Darse cuenta de que tras esa luna de miel química de nuestro cerebro, hay más, y puede ser tan interesante o más.
Ayudar a redescubrir a la persona con la que compartimos la vida, e incluso redescubrirnos personalmente desde otro prisma. La vida cambia, las personas evolucionan, y pueden aparecer nuevas motivaciones, fantasías o deseos. Demos un empujoncito a esto para animar la relación y que la falta de pasión no sea un factor en ella.
Incluso ante nuevas parejas, o amantes, puede ser de ayuda de cara a conocer sus preferencias o la posible compatibilidad en la cama. No quiere decir que sea una representación fiable al 100%, al final el sexting tiene mucho de ficción, pero nos acercará todo lo posible a descubrir aquello que le gusta a esa nueva persona en nuestra vida, si prefiere un rol más dominante o sumiso, si es egoísta o gusta de dar placer, si tiene gustos similares a los nuestros…
En definitiva, el sexting como herramienta tiene muchas aplicaciones. Sólo es precisa voluntad, respeto, ganas y alguien que nos motive y caliente como para derretirnos con mensajes.
Hola soy mujer de 26 años yo he llevado a cabo el sexting en 2 ocasiones al principio fue como una forma de cumplir una fantasia, o como una manera de excitacion por los comentarios q recibia por parte de esas personas pero si es importante no sobre pasar los limites del respeto sobre todo a la identidad
Eso es, respeto y jugar dentro de las normas establecidas. Así es como realmente se disfruta el sexting 😉
Como leí hace días en un articulo: el sexting es válido lo malo es el abuso de confianza