Foto por Dainis Graveris en SexualAlpha
Cada vez que veo/leo que alguien (habitualmente hombre) se niega a dar sexo oral a otra persona (habitualmente mujer), escudándose en el: huele mal; se me alteran los nervios. Por eso este artículo hablado del sexo oral vs olor genital. Quédate hasta el final y atiende.
NATURALEZA HUMANA
Siento chafarte nada más empezar, pero la naturaleza humana no es de plástico y, por tanto, tiene olores naturales en su cuerpo. Pensar que los cuerpos tienen que oler o saber a rosas, SIEMPRE, es muy ingenuo, y denota muy poca conciencia sobre nuestra propia naturaleza.
Higiene aparte, nuestros cuerpos pasan por distintos momentos hormonales o incluso tratamientos médicos que pueden modificar nuestro olor y sabor. Debemos ser conscientes de ello y comprender que hay situaciones ante las que no podemos hacer nada y nos tocará convivir con ello.
HIGIENE
Sobra decir la importancia de la higiene, pero haré hincapié por si alguien se me pierde. Mantener una higiene básica es fundamental; duchas frecuentes, cambios de ropa, desodorante bajo el ala… Esas cosas tan de primero de humano. No obstante, hay quienes tienen un olor corporal natural más fuerte, y eso no tiene nada que ver con la higiene, sino con las particularidades de cada cual.
Si la genitalia acaba de salir de la ducha, no hay excusa que valga. Y no es necesario untarse productos de higiene (femenina, porque se ve que las pollas son seres de luz) para destrozarse la flora natural, haciendo caso a anuncios que lo que pretenden es vender, y si de la que te venden el jabón, pueden encasquetarte la crema para cuando te hayas destrozado la flora, pues mejor.
Pero la higiene debe llevarse a cabo sin importar los genitales que se tengan, y si bien la sociedad pone mucho ahínco en lavar y perfumar vulvas, sigo viendo que quien más opina de olor genital son hombres heteros, coincidiendo con quienes raramente son capaces de bajar el pellejito para limpiar sus penes adecuadamente.
APRECIACIÓN SELECTIVA
Este último grupo, el de hombres que critican el olor natural de una vulva, pero que luego te plantan un pene sucio en la cara esperando sexo oral, me cabrea especialmente. ¿Por qué mi vulva tiene que oler y saber a nuevo, pero ellos van felices con su pene sudado, meado, oloroso y, a veces, grumoso, como si la cosa no fuera con ellos?
Me he encontrado con uno que se negó a comerme la entrepierna porque había hecho pis minutos antes, aunque obviamente me hubiera limpiado después. En cambio, allí exhibían su pene erguido, como si jamás hubiera salido orín de él -ni oliera como tal- sino el elixir de la eterna juventud.
Aquí se planta con todos sus prejuicios el machismo, el mismo que decide que el vello en el hombre es natural y en la mujer una falta de higiene; el mismo que critica mi vulva recién duchada pero ensalza ese pene oloroso.
Dime, por favor, que ves la ironía en esto. Si el vello es poco higiénico (que NO lo es), ¿no debería serlo en cualquier género? Si el olor genital puede ser molesto, ¿acaso importa qué genital sea? Esa apreciación selectiva es otra forma de machismo; te suene eso como te suene; pretendiendo que las vulvas lloremos de pena por apestosas, mientras lamemos sus penes de higiene cuestionable. NO WAY!
RESQUEMOR
Quizá me muestro muy beligerante en este asunto, quizá tenga cierto resquemor, quizá… No, sin quizá, es un hecho. Me cabrea mucho esa forma de ataque personal, dejándote de guarra porque el tío de turno no sea capaz de entender que el cuerpo humano huele de manera natural, por más limpio que esté; y de entender también que su cuerpo funciona igual.
En varias ocasiones me han hecho sentir mal por el posible olor de mi vulva, y lo peor de todo es que no era una opinión contrastada, sino una suposición desde la distancia; como si al acercarse a la vulva fuera a engullirlo cual monstruo marino (ojalá, uno de mandíbulas dentadas…).
Llegó un momento que ni siquiera esperaba que mis amantes me comieran el coño, por tanto no lo pedía. Daba igual que acabara de salir de la ducha y no oliera ni a humana, evitaba incluso que se me acercaran con la cabeza bajo la cintura.
Algunos hombres crearon en mí una gran inseguridad al respecto, que me costó mucho restablecer y recuperé gracias al empoderamiento, pero también gracias a otros amantes generosos que bebían de mi entrepierna como si no hubiera un mañana. Entenderás, supongo, mi beligerancia en este tema.
MI PAJA, TU VIGA
La frase de «ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio» tiene muy buena cabida aquí. Criticar el posible olor genital de alguien sin preocuparte en absoluto del tuyo, como si no importara. Claro que es entendible que cada cual tenga sus gustos, que hay personas que tienen un olor natural más fuerte o agrio, o como sea, y no tiene que gustar a todo el mundo. Pero de ahí a hacer que otra persona se sienta mal con su propio cuerpo, y en especial cuando no eres el ejemplo perfecto de olor mágico a unicornio, es muy cruel y ruin.
Atacar la autoestima de una persona en base a tus preferencias personales es hacer más grande tu viga. Si necesitas hacer de menos a otra persona para sentirte bien contigo, busca ayuda psicológica. La educación y el civismo nos ayudan a comunicar nuestras opiniones de manera respetuosa, ¿por qué no probarlo?
SEXO ORAL VS OLOR GENITAL
Digamos que los olores también juegan un papel más instintivo y primario, resultándonos más o menos agradables a veces sin un motivo aparente. Digamos que hay olfatos más perspicaces o sensibles que otros, y que el olor agradable para uno puede ser desagradable para otro.
Sea como sea, no es ético dar lecciones de higiene a quien acaba de salir de la ducha cuando a ti te huele a guerra bacteriológica la entrepierna. Ni tampoco lo es creer que las vulvas son pozos de malos olores y los penes estandartes de perfección. La falta de higiene huele mal, se tenga vulva, pene o genitales de Nenuco.
Por otra parte, no debemos olvidar las posibilidades de la cosmética erótica y cómo nos pone de fácil lidiar con olores y sabores que pueden no gustarnos de primeras. Siempre, por supuesto, con una higiene adecuada. Pero si queremos disimular un olor natural algo fuerte, un flujo más agrio, o cualquier apreciación que nos pueda echar para atrás (contando siempre que hablamos sobre genitales limpios), lubricantes, aceites de masaje y demás cosméticos nos darán el punto final para esas excusas.
Cuanto resentimiento en un texto
Es una forma de verlo.