Consolador; una palabra muy común en el vocabulario cuando hablamos de juguetes eróticos pero, ¿qué es realmente?
Según la RAE
En su segunda acepción, la Real Academia de la lengua Española, indica que un consolador es un aparato, generalmente en forma de pene, utilizado para la estimulación sexual.
No obstante, se obvia comúnmente que se marca como sinónimo de dildo. Y lo que es más relevante, que en su primera acepción se define como un adjetivo que hace referencia a algo que consuela. Algo que, según sus sinónimos, es alentador, reconfortante, confortante, consolativo o consolatorio.
¿Qué es un consolador, realmente?
Un consolador es tu almohada —con diversas finalidades—, una manta calentita en invierno, una botella de agua fría en verano, el abrazo de un ser querido, algo rico de comer, una canción que nos emociona. Lo es tener compañía, pero también la soledad cuando es deseada. Es alguien que te escucha sin juzgarte, quien intenta hacerte reír cuando el nubarrón niebla tus pensamientos, una persona que te acompaña sin más, haciendo que el silencio sea reconfortante y no incómodo.
Consuela que en un mal día —o en un calentón espectacular—, nuestro juguete erótico favorito tenga batería. Puede consolar ver por enésima vez esa serie o película que conocemos de memoria, ver fotos de otros tiempos, decelerar el paso bajo la lluvia, cantar en la ducha, o maldecir cuando nos damos un gran golpe. Es reconfortante, alentador, consolatorio. Un consolador puede manifestarse de muchas formas, y ninguna de ellas es un juguete erótico.
¿Y qué no lo es?
No es un consolador un juguete erótico, tenga o no forma fálica. La palabra que buscas es dildo. Fácil de pronunciar, fácil de escribir; ¿por qué no se usará más? ¿Tendrá que ver con esa connotación negativa que atribuyeron quienes creyeron que, las mujeres en especial, necesitábamos consolarnos penetrándonos con un sustituto fálico? Quien pensó en eso no tenía mucha idea, al menos no en estadística, puesto que es muy superior la cifra de personas con vulva que se estimulan externamente, o que combinan ambas estimulaciones, que quienes buscan la satisfacción sexual de manera exclusivamente interna.
Tú puedes: dildo. Repite conmigo: dildo, dildo, dildo. No te preocupes, aunque lo repitas delante del espejo tres o más veces, no aparecerá uno en tu casa y te hará cosas —aunque habrá quienes vean esto un contra—.
Llamemos a las cosas por su nombre. Si quieres un dildo, puedes encontrarlos en mi tienda, descubrir qué tipos existen, o de qué materiales los puedes conseguir, por ejemplo. Si lo que buscas es un consolador… Encontrarás uno más cerca de lo que crees.
¡Eh! ¡Deja ese pepino! ¿En qué hemos quedado? Los consoladores nada tienen que ver con la actividad sexual, así que hazte una rica ensalada con esa hortaliza y date un gusto con un dildo.
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