¿Qué es ser una profesional de la sexología?

¿Qué es ser una profesional de la sexología? Te lo cuenta Rocío Moñino Mejías, sexóloga de Vive la Vita en esta entrevista.

¿Qué significa para ti ser una profesional de la sexología?

La profesión de sexóloga me resulta interesante desde el primer día que descubrí que existía esta especialidad, y que podía acceder a ella después de terminar el grado en Psicología. Es una ciencia que abarca el estudio de la sexualidad humana y toda la diversidad que ésta implica. Por lo que, para mí, ser sexóloga significa ser un agente activo en la educación sexual de la población, donde las personas puedan encontrar información y respuestas desde una perspectiva integradora.

¿Cómo definirías tu rol dentro del campo de la educación o la atención sexológica?

Mi rol se centra en la divulgación y el asesoramiento, como agente de educación sexual. En mi día a día, en mi lugar de trabajo, atiendo a cada una de las personas que buscan orientación. En el momento en que alguien solicita esta información, me presento y le sitúo en el contexto para que pueda tener más confianza y se le reduzcan, aunque sea un poco, los nervios o la vergüenza.

Por muchos años de experiencia que se tengan, me parece que una de las competencias indispensables de una persona profesional en este campo es no dar nada por hecho respecto a la otra persona. Una parte fundamental es presentarse para que la persona sepa con quién está hablando, ya que va a compartir algo muy íntimo; y también situarla en el espacio donde se encuentra, explicarle qué vendemos y hacerle saber que puede preguntar con libertad porque está en un espacio seguro.

También imparto formaciones y talleres sobre temas variados, como juguetería erótica, diversidad sexual (sexo biológico, identidad, expresión de género y orientación), comunicación en pareja, fantasías y prácticas eróticas no normativas, entre otras temáticas.

Por último, destacaría mi rol como tutora de prácticas para el alumnado del máster de sexología que llega a Vive la Vita. Durante algunos meses, realizan parte de su formación aprendiendo sobre la especialidad de la juguetería erótica y la divulgación de la sexualidad en redes sociales.

¿Qué áreas abarca tu trabajo como sexóloga (clínica, educativa, comunitaria, investigación, etc.)?

Actualmente soy asesora en Vive la Vita, por lo que me dedico a la educación sexual, especialmente orientada a la juguetería erótica y al asesoramiento de las personas que llegan con dudas o preguntas, para que puedan adquirir lo que mejor se adapte a sus gustos y a su contexto.

Además, realicé dos investigaciones sobre sexualidad al finalizar mis estudios de máster: una sobre deseo y fantasías sexuales, y otra sobre la masturbación femenina y el succionador de clítoris. También participo en el grupo de trabajo de sexología del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental.

Más adelante, me gustaría complementar este trabajo con la sexología clínica, y actualmente me estoy formando para ello.

Este es mi caso concreto, pero existen muchas áreas dentro de la sexología en las que se puede trabajar, así como diversas especializaciones según los intereses de cada profesional.

¿Qué te llevó a formarte en sexología?

Cuando decidí estudiar sexología, lo hice porque quería ayudar a personas en su ámbito sexual y de pareja. Me preguntaba qué le ocurría a alguien que sentía malestar en sus genitales por causas no fisiológicas, o qué pasaba con las parejas que se querían, pero no podían seguir juntas. Estas ideas, que rondaban mi cabeza de adolescente, me hicieron investigar y descubrir que quería dedicarme a la psicología, y que luego debía especializarme en sexología para poder dedicarme realmente a ello.

A lo largo de todos estos años, he dedicado —y sigo dedicando— mi vida profesional a la formación de la conducta humana, especialmente en el terreno de la sexualidad, que está implicada en todas las etapas de la vida de la persona. Sin una pizca de desmotivación, porque realmente he encontrado algo que me interesa y me apasiona.

¿Qué tipo de formación es necesaria para ejercer como profesional en este ámbito?

Para realizar el Máster de Sexología de la Universidad de Sevilla, que es mi formación oficial, es necesario contar con alguno de los siguientes grados: Psicología, Medicina, Ciencias de la Salud, Ciencias de la Educación, Trabajo Social o Educación Social.

¿Qué habilidades personales crees que son esenciales para dedicarse a esta profesión?

Es esencial contar con cualquiera de las habilidades que se estudian y se intentan desarrollar dentro de los grados mencionados anteriormente, o al menos se supone que debería ser así. Me explico: tiene sentido que se exijan ese tipo de estudios previos, ya que las competencias que se adquieren en ellos son necesarias para el estudio de esta ciencia.

Además, se entiende que en cualquiera de esas profesiones se trabaja y se está en contacto con personas para ofrecerles algún tipo de “ayuda” ya que, por diversos motivos, la necesitan. Por todo esto, señalaría como habilidades esenciales la escucha activa, la empatía, la cercanía, la capacidad de generar confianza, el uso de un lenguaje adaptado, así como evitar los juicios y la culpa (actitud colaborativa), entre otras. Todas ellas se pueden trabajar y desarrollar en el profesional, ya que las habilidades se pueden aprender.

¿Cuáles son los mayores retos que enfrentas en tu día a día profesional?

Los mayores retos que enfrento en mi día a día son intentar explicar procesos complejos de la sexualidad humana de forma resumida y con un lenguaje adaptado a la otra persona, para que quede informada y pueda entender lo que le quiero transmitir.

También debo aclarar a los clientes, en la mayoría de los casos, que no existe nada milagroso y que todo proceso requiere tiempo para ser trabajado, ya sea mediante el uso de productos, asesoramiento sexológico, terapia sexual, etc.

Por este motivo, algunas de las personas que llegan a Vive la Vita son derivadas a profesionales especialistas con los que colaboramos (fisioterapeutas de suelo pélvico, psicólogas, ginecólogas, etc.), y que se pueden encontrar en la web de profesionales de Vive la Vita.

¿Qué mitos o estigmas enfrentas tú como sexóloga?

El hecho de ser mujer y profesional de la sexología hace que una parte de la población tenga una idea equivocada sobre a qué te dedicas. Del mismo modo, muchos perfiles de hombres cis actúan como si pudieran tener una cercanía contigo que, en otras profesiones, estaría claramente fuera de lugar. A menudo te ponen en situaciones incómodas o violentas, enviando ciertos mensajes, fotos o utilizando lenguaje inapropiado.

Otro de los mitos frecuentes es la creencia de que hemos estudiado todas las posturas del Kamasutra y que somos especialistas en ello. Pero no es así. Mi especialización es en la ciencia de la sexología, que poco tiene que ver con eso. Estudiamos la historia evolutiva del hecho sexual humano, los fundamentos biológicos de la sexualidad, la psicología de la sexualidad, la diversidad y los derechos sexuales, la igualdad y la salud sexual, entre muchas otras materias.

¿Qué te aporta más satisfacción en tu trabajo?

El poder dar información de calidad, contrastada y con rigurosidad científica, así como ayudar a las personas en el malestar que puedan presentar. De forma comunitaria, brindar una educación sexual positiva, ya que la mayoría de la población no tiene acceso a ella, por no ser obligatoria en la educación formal. En ese aspecto, me siento satisfecha de que las personas puedan tener acceso a esta información mediante la web de Vive la Vita, el blog  y el asesoramiento personalizado.

También me provoca satisfacción impartir talleres, adaptarme a las demandas de las personas participantes, desmentir mitos, dinamizar las sesiones y crear un espacio seguro, divertido y de encuentro. Quienes asisten suelen abrirse a compartir sus experiencias, sintiendo que están en un entorno protegido donde no serán juzgadas, sino validadas.

¿Qué cambios sociales consideras que aún hacen falta para una sexualidad más libre, saludable y respetuosa?

Sin duda, diría que el gran cambio social es que la diversidad y la igualdad entre personas de distinto sexo, identidad, género, orientación, tono de piel o capacidades diferentes sean aceptadas como parte fundamental del ser humano. No hay debate cuando se habla de derechos humanos, y sería un gran logro social que así se entendiera, para que la sexualidad de todas las personas pueda ser libre, saludable y respetuosa.

¿Cómo ves el papel de las redes sociales y los medios en la educación sexual actual?

Considero que existen puntos positivo y negativos en la divulgación sexual en redes y medios. Algunas cuentas tienen contenido muy profesional y contrastado, pero otras no lo son. Lo que suele ocurrir cuando la persona no tiene formación al respecto o no tiene la habilidad de divulgar, ya que no todo el mundo la ha adquirido o se ha formado para ello.

Por un lado, veo aspectos positivos. Como puede ser que el conocimiento llegue a más personas y que puedan tener acceso a ser tratados por especialistas, porque ahora saben cómo dar con ellos. Por otro lado, veo aspectos negativos. Como puede ser que el mensaje que se transmita no sea riguroso y provoque mayor confusión y desinformación a las personas que lleguen a este contenido.

¿Qué le dirías a alguien que quiere estudiar sexología?

Le diría que, si le apasiona, que lo haga sin dudar. Que abra su visión para poder ver otras realidades que también existen, aunque sean diferentes y minoritarias a la suya, para poder trabajar la habilidad de la empatía y ser un buen profesional de la sexología. Que tenga paciencia y ganas para formarse de forma constante, y actualizarse en las diferentes investigaciones que siguen surgiendo. Esta ciencia es muy nueva, y aún queda mucho por investigar.