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Desgraciadamente, como cada aspecto relacionado con la sexualidad de una u otra manera, existen mitos sobre productos eróticos que aún a día de hoy perduran.
Si tienes pareja no necesitas un juguete erótico.
VERDADERO. No lo necesitas, como tampoco tener pareja. Pero es muy válido querer un juguete y querer tener pareja, incluso a la vez. Con la cerveza no hace falta una tapa pero, ¿y lo bien que combinan?
Si tienes pareja y tienes un juguete erótico es que no te satisface. Los juguetes eróticos son competencia.
FALSO. Los juguetes, y productos eróticos en general, son aliados en las relaciones eróticas. No están diseñados para suplantar a nadie, ni son un mensaje en sí mismo más allá del interés en experimentar.
Los juguetes son para personas insatisfechas.
FALSO. Buscar nuevas experiencias no tiene nada que ver con la satisfacción de la que partes. Pasar toda la vida con una postura sólo porque «me gusta y para qué cambiar» es triste. Pero más triste es creer que la vida de quien prueba cosas nuevas es peor que la tuya.
Un juguete erótico quita protagonismo a la pareja.
FALSO. Es un juguete, no un cuñado borracho en una boda. Estos pensamientos son reflejos de celos irracionales e inseguridades que debes tratar en terapia, por tu bien y el de tu pareja.
Usar juguetes eróticos teniendo pareja es infidelidad.
FALSO. Por subjetivos que sean los términos de fidelidad de una pareja a otra, que tu pareja disfrute de su sexualidad con un juguete no es infidelidad. Hay que trabajar la autoestima. Mientras tu pareja no se lleve al juguete de cita (al cine, a cenar, a pasear por el parque…) no veo motivos de preocupación.
El lubricante no hace falta, con saliva, vaselina o aceite de oliva es suficiente.
FALSO. El lubricante es beneficioso incluso cuando hay lubricación natural. Por otra parte, la saliva se seca muy rápido, la vaselina lleva petróleo y el aceite de oliva es para las ensaladas. Normalicemos usar lubricante, por favor, basta ya de asociarlo a la presencia de algún tipo de disfunción o carencia.
Puedes desarrollar adicción a los juguetes eróticos.
VERDADERO. Puede suceder, como también a cualquier otro producto, servicio, alimento o actividad. Dicho esto, los juguetes eróticos no son potencialmente adictivos ni inducen por sí mismos a problemas de hipersexualidad.
Tener vibradores es de ninfómanas.
FALSO. El término «ninfómana» se ha explotado tanto como sinónimo de mujer con deseo sexual (con sólo expresarlo, no por «exceso»), y es tan arcaico que si lo dices tres veces frente al espejo apareces en la edad media. La hipersexualidad (independientemente del género) por su parte, no tiene nada que ver con poseer uno o mil juguetes eróticos, es más complejo que eso. Se trata de una adicción y debe tratarse como tal por especialistas.
Si tienes uno o más productos eróticos tienes adicción al sexo.
FALSO. La adicción al sexo, o hipersexualidad, es un problema psicológico, no un factor intrínseco a los juguetes eróticos. Su uso responsable es totalmente saludable.
Si usas mucho un succionador de clítoris se pierde sensibilidad.
VERDADERO. Técnicamente no es que se pierda sensibilidad, sino que el cuerpo se acostumbra a esas estimulaciones tan potentes. Si se utiliza con mucha frecuencia el succionador, y no se varía con otros tipos de estimulación (vibrador, mano, boca…), puede desarrollarse una tolerancia extrema que requiera de una “desintoxicación” para recuperar los niveles sensitivos previos. En resumen, mesura y variedad.
Los geles de efecto frío o calor son estupendos.
FALSO. Las sensibilidades varían de una persona a otra, y rarísima vez (por no decir nunca) se advierte en el packaging de que deben aplicarse en pequeña cantidad. Muchas personas han descubierto, de la peor manera, que ese producto no estaba hecho para sus genitales. Prueba antes en los labios para hacerte una idea aproximada del efecto. Los anuncios muchas veces son mitos en sí mismos.
Los masturbadores de pene no hay que limpiarlos.
FALSO. Si no se limpiaran podrían donarse como cimientos para nuevas construcciones. Todos los juguetes eróticos (excepto los desechables y prelubricados) deben limpiarse antes y después de cada uso. Con especial atención en el momento previo al primer uso, y después de cada uso.
Los juguetes grandes son mejores.
FALSO. Vaya mito más….grande. El tamaño nunca es la clave de la estimulación exitosa. Por supuesto, un tamaño más grande puede proporcionar sensaciones diferentes, pero eso no hace que un tamaño más reducido vaya a ser decepcionante ni insuficiente.
Las bolas chinas dan placer constante y tienes un orgasmo tras otro.
FALSO. Las bolas chinas o bolas de Kegel son herramientas terapéuticas para el suelo pélvico (siempre recomiendo usarlas con supervisión de fisio de suelo pélvico, no a lo loco o podrías empeorar tu estado). No son juguetes eróticos aunque puedan usarse como tal (metiendo y sacando progresivamente, por ejemplo). Llevar las bolas en la vagina, por más que camines, des saltos o volteretas, no es placentero. Se nota y punto. Incluso personas con hipertono o hipotono pueden resultarles molestas.
La vagina o el ano se darán de sí usando juguetes eróticos; especialmente si son más grandes que la media.
FALSO. Tanto la vagina como el ano son músculos, no papel de seda. Se adaptan a las circunstancias dentro de unos márgenes anatómicos, pero no se dan de sí como un jersey viejo.
Todos sirven para lo mismo.
FALSO. No todos sirven para lo mismo, aunque es innegable que hay modelos muy similares entre ellos (el mercado, amigui), pero eso no debe restar la valía y aportación de un producto erótico a la propia (o ajena) sexualidad. Coches, móviles, bolis, cajas o sillas también «todos sirven para lo mismo» y no veo a nadie quejarse por ello. Cada tipo de juguete ofrece unas características, y ahí debemos filtrar teniendo en cuenta lo que buscamos, como con cualquier otro producto.
El succionador de clítoris gusta a todo el mundo. Además, llegas al orgasmo en 2 minutos.
FALSO. No sé a quién le pareció bien vender la idea de que los succionadores de clítoris gustan a todas las personas con vulva. No existe, ni existirá me temo, un juguete erótico que guste a todo el mundo por igual (ni a todas las vulvas, ni a todos los penes). Jamás. Y está bien que sea así. Igualmente, cada cuerpo es un mundo y gestiona el placer a su manera. Habrá quien sí alcance el orgasmo en 2 minutos, quien lo haga en 15, quien llegue en 5 segundos o a quien le duela tan pronto enciende el succionador. Y también está bien. Además, ¿tanta prisa tienes, SIEMPRE, como para necesitar correrte en 2 minutos? A ver si se deja de crear traumas a la gente por vender más.
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