Seguramente a ti también te pase, que tras todos estos meses entre confinamientos, cuarentenas y cierres perimetrales, el cuerpo pide un poco de amor y atención.
Este sitio de masajes tantra en Tenerife te ofrece precisamente eso, darle cariño a tu cuerpo mientras desconectas del drama actual.
Ahora puede ser el momento ideal para mimarse un poco y salir de esa rigidez tensional y esa falta de contacto humano que, al menos yo, echo en falta. Tantas horas frente al ordenador, o recurriendo al sofá, pasan factura a cualquiera, y no me dirás que no te suena de lo que te hablo.
Los masajes tantra no son sólo estimulantes a nivel erótico, que también, sino que nos pueden ayudar a centrarnos en nuestro cuerpo y sus sensaciones. Retornar a un estado de consciencia, como cuando el mundo no se caía a trozos día sí y día también, y teníamos en la mente algo más que una perspectiva gris.
El contacto cuerpo a cuerpo, los aceites y ese ratito para dedicarnos por completo a nuestras necesidades puede ser realmente curativo. Relajarnos y dejarnos sentir cómo nuestros sentidos responden a los estímulos, el calor del roce, el despertar de la excitación…
Como digo, esto no va únicamente de un juego erótico, va de amarnos, cuidarnos, darnos esa paz y perdernos en un oasis de tranquilidad por unos minutos. Aunque lo cierto es que si aflora la excitación, tampoco vamos a sentirnos culpables, ¿no crees?
Desconozco tu caso, pero yo anhelo un poco de mimos, de atención ajena a mi cuerpo, a mi piel, a mis sentidos. Disfrutar del roce de otras manos y otro cuerpo que, centímetro a centímetro, conquista cada rincón haciendo que despierte de un letargo sensorial.
¿Me he puesto muy metafísica? Es probable, como muchas otras cosas, hasta que no te faltan o ni siquiera es momento de encontrarlo (pandemia time), no sabes cuánto lo echas de menos. Ahora es cuando un abrazo, una caricia o un roce se vuelve mucho más necesario que antes, como si nos afectara un síndrome de abstinencia por la falta de contacto.
Un entorno apropiado, un ambiente tentador, unas manos que recorren la espalda, un cuerpo que presiona contra el propio, unas caricias que se abren paso a entornos desatendidos… Ay, no sé si me está entrando la nostalgia o me estoy excitando sólo de pensarlo.
Sea como sea, quiero dejar constancia de la importancia de detenerse, dedicarse tiempo y cuidados. De amarse a manos propias, pero a veces también hacerlo de manos de otra persona, aunque sea por unos minutos. Alguien que atenderá nuestro cuerpo buscando el relax, la paz y el placer. Despertando lo que lleva, al menos en mi caso, meses durmiendo.
Salir de un masaje tantra con la piel suave, el cuerpo caliente, el espíritu feliz y la autoestima alta. ¡Qué importante es, ahora más que nunca, no dejarse para el final!
Puede que te suene frívolo que, con lo que hay fuera, te diga que te centres en ti. Ni mucho menos tiene que estar reñido ser conscientes de la situación global con, de vez en cuando, rebajar las revoluciones, mirarse al espejo, sonreírse y sentir que merecemos no olvidarnos de nuestras necesidades, pase lo que pase.
Deja una respuesta