Lora DiCarlo es (o era) una empresa de juguetería erótica que puso la microrobótica al servicio del placer femenino. Un rápido y populoso ascenso, y una huida silenciosa de la noche a la mañana.
LORA DICARLO, POPULARIDAD EXPRÉS
La marca Lora DiCarlo irrumpió en 2019 en todos los medios con llamativos titulares. Se presentó el Osé, su primer juguete, en el CES (Consumer Electronics Show) de Las Vegas en la categoría de «Robótica y drones», ganando el premio. Aunque posteriormente la organización le retiró el premio alegando que iba en contra de las cláusulas, prohibiendo la participación de proyectos «inmorales, obscenos e indecentes». Esto, a pesar de que en la misma categoría se presentaran sofisticadas muñecas sexuales robotizadas. Al parecer, lo que incumplía las normas era dirigir un producto al placer femenino. Y de eso se hizo eco la prensa.
Una carta pública, varios artículos en medios importantes de la propietaria de la empresa (Lora Haddock DiCarlo) y un publicista con mucho arte, hicieron que el nombre de Lora DiCarlo, y lo que había pasado en el CES con el premio llegaran a todo el mundo. Miles de titulares hablaban de cómo se había censurado a la empresa por presentar un producto para el placer de la vulva. Imagino que por presión social, porque no creo que se debiera a la recapacitación sobre su decisión sexista, restituyeron el premio en 2020.
LA MAGIA DE LA PUBLICIDAD
Ni un producto a la venta en el mercado, y ya era una de las marcas más conocidas del sector erótico. Nadie habría imaginado una mejor estrategia publicitaria. A raíz de lo sucedido, el CES creó la categoría «Sex Tech» en 2020. Ese mismo año, Lora DiCarlo se volvió a presentar al CES con dos nuevos productos, Baci y Onda.
Al restituir el premio a Osé, Lora DiCarlo recaudó más de 1 millón de dólares en las primeras 5 horas. Antes siquiera de tener listo el prototipo final.
Nadie había probado sus productos, pero todo el mundo los quería, e invertían en ellos. Una confianza ciega que partió de una prohibición; no por nada Michel de Montaigne dijo que «prohibir algo es despertar el deseo».
LLEGADA AL MERCADO DE LORA DICARLO
Cuando los productos de Lora DiCarlo llegaron al mercado, lo hicieron con muy altas expectativas. Su diseño había ido de la mano de la microrobótica, se hablaba de resultados alucinantes, de alta tecnología. Y lo cierto es que por el precio que tenían los juguetes, ya podrían tratarse de los santos griales de la vulva.
No obstante, su primer juguete, Osé, que lo vendían con mucha rimbombancia, no dejaba de ser un juguete de doble estimulación similar a otros. La succión del clítoris como ya ofrecía Womanizer u otras marcas después, y la estimulación interna de la vagina de la misma manera que ya lo hizo Je Joue en 2007. Eso sí, con un diseño que, a simple vista, parecía de todo menos ergonómico. Al menos esa fue y ha sido siempre mi impresión al respecto.
A la hora de la verdad, el «popular» Osé tenía muy malas opiniones en las reviews, tildándolo de «pesadilla» o «insoportablemente doloroso». E incluso una muy baja puntuación en las opiniones en la propia página web de la marca, que mencionaban que los productos no estaban a la altura, y que eran extremadamente caros.
Esto no limita su actividad ni pone en duda sus productos. El público sigue comprando, y Lora DiCarlo sacando productos nuevos.
SÍ, HE PROBADO UN LORA DICARLO
A principios de 2021 contacté con Gisele International, que era la agencia de marketing que gestionaba la marca. Me ofrecieron varias opciones para probar uno de los juguetes, y opté por Carezza por la diferencia respecto al resto de productos. Me parecía más interesante que el resto que, de una u otra forma, se parecía más a lo que había visto y probado anteriormente.
En mayo de 2021 publiqué en Instagram un vídeo con mi opinión sobre el producto. No voy a mentir ni a esconderme, el juguete me gustó. Me pareció diferente, y lo que es más, me pareció efectivo —you know what I mean—.
No obstante, tampoco me parecía, ni me parece que, si eso lleva microrobótica, ésta sea tan impresionante. Otras marcas han presentado funciones muy similares, y no las han «vendido» tan caras ni con tanta relevancia. Por suerte o por desgracia, Osé, la «joya» de la corona nunca llegó a mis manos. Y leyendo todo lo que he leído sobre el juguete, me siento afortunada.
Lo cierto es que, visto en perspectiva y con más información que entonces, he de decir que Lora me la coló por completo.
LO QUE NO (TAMPOCO) CONTARON
Los prototipos de Lora DiCarlo fueron realizados por estudiantes de posgrado del Laboratorio de Desarrollo de Prototipos de la Universidad Estatal de Oregón. Posteriormente contrataron a profesionales con experiencia en la industria de la juguetería erótica con la promesa de formar parte de algo innovador. Pero no escucharon todo lo que tenían que decir.
Ante la fabricación en masa, los expertos indicaron que costaría fabricar cada modelo unos $60, pero Haddock DiCarlo y Layman presionaron, eliminando características y elementos de seguridad, para que el coste por unidad fuera de $20. Un importe que no justificaba en absoluto el precio final de venta.
La marca se enorgullecía de emplear microrobótica en sus juguetes, pero según expertos externos que evaluaron los productos una vez salieron al mercado, llamar microrobótica a sus mecanismos era, cuanto menos, exagerado. Además de comprobar que los materiales eran baratos y de calidad deficiente. De nuevo, no se justifica que, en el caso de Osé, tuviera un valor de casi $300.
EL INICIO DEL DECLIVE
A finales de 2021, Doug Layman, expareja de Lora y copropietario hasta el momento, abandona la empresa dejando una gran deuda. Aunque en teoría era Lora quien manejaba la empresa, que se vendía como un entorno feminista y una empresa que creaba productos por y para mujeres, existían muchas dudas de si era realmente Doug quien estaba detrás de todo.
Como un movimiento maestro, una estrategia de marketing o cosas de los astros, la modelo y actriz Cara Delevingne se suma al proyecto como copropietaria y asesora creativa. Cara realizó una importante inversión a cambio de acciones en la empresa. Cuando lo leí en su momento me pareció extraño que alguien con tanta popularidad entrara como copropietaria en un proyecto con años de vida. El puesto de asesora podía ser cuestionable, pero más abierto; en cambio para entrar en la directiva… Sonaba extraño. Visto que era una estrategia de marketing, presumiblemente para darle credibilidad a la marca, pudo funcionar. Al menos por un tiempo.
EL INFIERNO EN LORA DICARLO
Cuando una empresa se abandera como feminista, debe tener mucho cuidado. Cualquier empresa debería mantener unos mínimos legales (y morales), pero cuando vendes la empresa como un proyecto de mujeres para mujeres, se te llena la boca con el feminismo y la inclusión, y pretendes beneficiarte de esa imagen, deberías tener muchísimo más cuidado con lo que estás haciendo. No sea que acabes siendo peor que quien se vanagloria de su estilo arcaico.
Una gran cantidad de personas que trabajaban para la empresa lo tildaron de lugar tóxico. Hay quien dice que se pedía que probaran «juguetes usados, no limpios». Mencionan un lugar de trabajo con acoso sexual, sexismo, racismo, comentarios inapropiados, hostilidades y represalias. Un lugar tóxico y completamente «antimujer» aunque se promocionaban como empresa feminista.
Lora DiCarlo recibió múltiples denuncias de la Oficina de Trabajo e Industrias alegando acoso sexual y salarios impagados. Con frecuencia se hacía preguntas inapropiadas al personal, y ante las acusaciones de acoso sexual, Lora intentó justificarlo diciendo «La naturaleza del negocio requiere discusiones relacionadas con el sexo o que son de naturaleza sexual».
LORA HADDOCK DICARLO, ¿QUIÉN ERES?
Lora Haddock, quien al parecer añadió a su nombre «DiCarlo» con posterioridad, no era quien decía ser. El problema es, ¿cuándo dijo la verdad?
Lora dijo que se le ocurrió la idea de Osé y, por extensión, de su marca, tras caerse de la cama durante un orgasmo alucinante con un compañero. Presumiblemente ese compañero podría ser Doug Layman, quien sería posteriormente coproprietario de Lora DiCarlo.
Fue vendiendo la idea de que, gracias a sus conocimientos anatómicos al ser médica, podía diseñar un gran juguete para las mujeres (las vulvas, en realidad, es difícil pedirle a alguna gente que sea inclusiva). El problema es que en cada entrevista tenía unos u otros estudios, y el nacimiento de la marca había sido de maneras diferentes. Todo lo que contaba, aparentemente, era falso. Ni estudió medicina como dijo, ni siquiera un semestre, ni era enfermera naval, ni ingeniera.
Odio a las personas que mienten, pero odio más a quien descuida sus mentiras. Si tomas la cruda decisión de vivir una mentira, mantenla hasta el final y trabájatela, no la cambies de una entrevista a otra. De ahí que se pille antes a un mentiroso que a un cojo, porque van dejando miguitas de pan. No te digo ya si pillas con alguien como yo, que sobre pienso hasta aquello que sobre pienso; se podría decir que metasobrepienso.
¿Y QUÉ CREES QUE ESTABAS HACIENDO?
Lora Haddock DiCarlo se presentó como abanderada de la juguetería erótica para personas con vulva y, posteriormente, para toda la comunidad LGTBIQ+. En su burbuja de ilusión la industria era totalmente diferente, y aún permanecía en los 90. No sabría decir si le faltó documentarse, o si quiso hacer creer al mundo, el mismo que ha tenido la sexualidad como tabú y a los productos eróticos como inmorales, que ella había llegado para hacer el tan necesario cambio.
Un cambio que, para el 2019, ya llevaba varios años en marcha. Quizá en Oregón las cosas eran muy distintas, y tampoco tenía acceso a internet —de otra manera no me lo explico—, pero una simple búsqueda le habría hecho ver que desde hace ya unos cuantos años, los juguetes de gomas tóxicas rosas no son lo único del mercado.
Está bien innovar en un sector tan difícil como el erótico (y en cualquier otro), está bien querer algo diferente y luchar por ello. Es fantástico que las mujeres dirijan empresas enfocadas en el placer. El problema es cuando creyó que era la primera en todo ello, y estaba descubriendo América a los americanos. Una Colón de nuestro tiempo, quiso hacer suyo el empoderamiento femenino, los juguetes inclusivos, la tecnología al servicio del placer, y lo hizo sin querer reconocer que ya había gente «allí» cuando ella llegó.
2022, EL AÑO DEL FIN DE LORA DICARLO
En 2022 la empresa Lora DiCarlo tenía una vasta variedad de problemas. Durante la pandemia surgieron incidencias con los microchips y otras piezas necesarias para sus productos, y aunque esto pasó al grueso de las empresas dentro y fuera del sector, vino acompañado de subidas de precios. Mal que nos pese, este sigue siendo un «mundo de hombres», y hay seres que se niegan a negociar con mujeres; y esto es lo que sucedió. Tras la salida de Layman los fabricantes aumentaron los precios, y se encontraron con subidas en costes de producción, envío y logística. Y todo ello con unas grandes deudas.
DELAWARE, ¿SÓLO A MÍ ME SUENA MAL?
En primavera de 2022, Lora Haddock DiCarlo deja de aparecer en las reuniones, lo que hace sospechar que algo pasa. También (me) huele raro que meses antes —en 2021 si no me equivoco—, la empresa presentó papeles para la constitución de Uccellini INC en Delaware; o lo que es lo mismo, abandonando Bend, en Oregón, por un estado que carece de impuestos a las ganancias a nivel Estado. Delaware es, por algo, un estado que tiene más empresas inscritas que habitantes; aunque técnicamente no se trate de un paraíso fiscal según los criterios de la Unión Europea, sí se reconoce como un territorio de tributación especial.
EL LANZAMIENTO ABORTADO
En mayo de 2022 informan a colaboradores externos —sexbloggers, sexperts, influencers, llámalo X (ah, no, que eso ahora es Twitter)— sobre el próximo lanzamiento de la marca; Curva, un juguete interno. Sale en pre-compra, pero no se conoce fecha de lanzamiento final. En julio del mismo año, Lora DiCarlo publica en sus redes sociales contenido sobre el nuevo producto (aquí y aquí). Después de eso, no hubo más noticias sobre el producto, ni comunicaciones a quienes fueron contactados.
LA DEMANDA ABANDONADA
Ya en 2023, se dictaminó sobre el caso de Novoluto —la empresa propietaria de la patente de Womanizer— contra Lora DiCarlo. En la demanda se argumentaba que Osé, Osé 2 y Baci infringían la patente de Womanizer.
El proceso que iniciara en 2020, ha obtenido finalmente una sentencia en rebeldía contra Uccellini (Lora DiCarlo), algo favorecido por la falta de presentación de pruebas, así como la renuncia de sus abogados tras comunicar que la empresa demandada no aportó las instrucciones necesarias sobre qué postura deseaba adoptar.
Cómo tienen que ser las cosas para que hasta sus abogados se vayan por falta de comunicación con su cliente. Novoluto ha solicitado una indemnización de más de 2 millones de dólares. Indemnización que dudan poder cobrar.
SIN NOTICIAS DE QUIEBRA
Si la empresa, por lo que fuera —y tiene unos cuantos motivos—, ha terminado en quiebra, sería un buen motivo para desaparecer de la faz de la tierra. No obstante, no hay registro alguno de que Lora DiCarlo ni de Uccellini Inc se hayan declarado en quiebra o como insolventes.
La empresa ha hecho una bomba de humo, pero ni siquiera se ha llevado la bomba. Sólo hay humo por todas partes, denso y misterioso.
ESTO SE ACABA
En octubre de 2022, Gisele International, la agencia de marketing de bienestar sexual, pone fin a la relación con la marca. El silencio administrativo absoluto no les deja otra.
Un ex empleado ejecutivo de Lora DiCarlo envía un mail indicando que «ya no hay recursos internos disponibles para continuar con ninguna asociación como estaba previsto».
A mediados de mes todos los trabajadores de la empresa, incluso el personal de Recursos Humanos y otros ejecutivos recibieron un mensaje de Lora Haddock diciendo que estaban despedidos. A todo esto, se debían salarios a los trabajadores, y su seguro médico no se había pagado el último mes —con las implicaciones que puede tener esto en Estados Unidos…—.
HUIDA SILENCIOSA DE LORA DICARLO
En noviembre de 2022 llega el «truco» final. La web de Lora DiCarlo se desconecta, los mails rebotan y las llamadas van a parar al buzón de voz. Un alto asesor afirmó que creía que se declararían en quiebra de forma inminente. Pero a día de hoy eso no ha sucedido.
Sin aviso oficial de la marca, ni de ninguno de sus representantes. El silencio más absoluto en todas las áreas, y una desaparición digna de Houdini.
Quedan infinidad de acreedores, desde inversores hasta clientes que gastaron un buen dinero para recibir su juguete, que tendrán que vérselas y deseárselas para lograr resarcir su correspondiente inversión. Terminaron su actividad conocida tras meses sin cumplir pedidos, y sin responder a los clientes ni a los distribuidores.
CUANDO CONSTRUYES SOBRE EL AIRE
«Se quedaron sin dinero» dijo el exdirector de ingeniería. Siendo Lora DiCarlo una empresa que causó tanto revuelo, que recaudó tanto dinero cuando ni siquiera podía mostrar un prototipo y tuvo lista de espera para enviar sus productos, cabría pensar que el dinero no sería un problema. Pero si el cine y las series —especialmente los biopic—, además del sentido común, nos han enseñado algo (a mí por lo menos sí), es que esas subidas meteóricas sobre el aire, no caen en tierra firme. Otro ejemplo es la historia de Theranos.
Tuvieron un buen número de rondas de financiación, inversores ávidos por formar parte de esta revolución, y los juguetes estaban dentro de los más caros del mercado con fabricaciones a muy bajo coste. Tuvieron la mejor campaña de publicidad de la historia para una startup con la polémica de la retirada del CES, y acabaron hablando de la marca en todo el planeta, ¡gratis!
Pero cuando tus productos son cuestionables y recibes multitud de críticas negativas, vives una mentira constante, te demandan por una infracción de patente, el entorno laboral de tu empresa es más tóxico que el uranio enriquecido, te demandan por acoso, sexismo y racismo entre otras cosas, y crees que tener a una modelo famosa en la directiva lo solucionará todo, puede que no quede más remedio que soltar la bomba de humo y huir antes de que te caiga encima todo lo que construiste en el aire.
MÁS INFORMACIÓN
Hay mucho contenido promocional de Lora DiCarlo, pero cuesta encontrar documentación sobre la desaparición de la marca. Si quieres más información sobre este asunto, puedes consultar los siguientes enlaces (la mayoría en inglés):
- Buzzkill
- Novoluto obtiene sentencia sumaria de 2 millones de dólares contra Lora DiCarlo
- El fabricante alemán de juguetes sexuales recibió una sentencia en rebeldía de 2,2 millones de dólares contra Lora DiCarlo
- Lora DiCarlo parece estar en quiebra – Aquí está el porqué y cómo recuperar su dinero
- El director ejecutivo de esta empresa de juguetes sexuales se asoció con una supermodelo y se convirtió en un favorito de los medios. Entonces todo se vino abajo
- Cara Delevingne quiere normalizar el bienestar sexual con la empresa de tecnología sexual Lora DiCarlo
Ubal dice
Ame este artículo
Gwen dice
Gracias, amor
Diana Calvillo dice
Es fantástico que las mujeres dirijan empresas enfocadas en el placer. El problema es cuando creyó que era la primera en todo ello, y estaba descubriendo América a los americanos. Una Colón de nuestro tiempo, quiso hacer suyo el empoderamiento femenino, los juguetes inclusivos, la tecnología al servicio del placer, y lo hizo sin querer reconocer que ya había gente «allí» cuando ella llegó.
Eso sólo es una de las partes brutales del artículo, la traca final es digna de enmarcarse.
Es refrescante encontrar contenido tan bien redactado y documentado, que logre hacer entender, incluso a los novatos en éste tema como yo, lo que ha pasado desde un punto de vista crítico sin perder el sentido del humor.
Enhorabuena por el artículo, merece tener mucha más difusión, no solo por el tema, que también, sino por la capacidad de redacción.
Gwen dice
Muchas gracias ❤️️🥰️