Las fantasías eróticas pueden ser de lo más variado, y existe un número infinito de ellas. Cada persona puede adaptar la fantasía a sus gustos u ocurrencias, haciendo que, aunque se asemejen, cada una sea única. Dentro de la diversidad de fantasías, podemos encontrar algunas bases que se repiten con más frecuencia, por más que varíen en el desarrollo. Hablemos de las 7 fantasías eróticas más comunes.
FANTASÍA NO ES SINÓNIMO DE DESEO
Antes de comenzar, ha de quedar claro que una fantasía no es la manifestación de un deseo. Puedes fantasear con algo, sin tener ninguna intención de ponerlo en práctica. Pues basta con que se desarrolle en tu imaginación para que disfrutes de ella. Puede darse que, efectivamente, quieras ponerlo en práctica, pero no es algo inherente a la fantasía.
Yo puedo fantasear con la experiencia de recorrer el mundo en piragua, pero no lo haría ni aunque me pagaran. ¿Se entiende, verdad? De la misma forma, puedo tener una fantasía erótica que resida únicamente en mi imaginación, o que la verbalice en un momento dado a mi pareja como parte del juego erótico, pero sin la menor intención de, por ejemplo, recibir sexo oral en el reservado de un restaurante, ni de follar bajo la lluvia en un día de verano.
Es también por eso que, en ocasiones, fantaseamos con cosas que jamás querríamos experimentar. Y no es una señal de que algo anda mal en nuestro cerebro, es sólo la imaginación creando escenas que se quedarán ahí, sin necesidad de que exista un deseo, sin riesgos, sin juicios. Provocando sensaciones estimulantes que pueden sentirse incómodas por su desencadenante, pero son igualmente naturales. Comenté algo de esto cuando hablé de los límites de la fantasía.
FANTASÍAS ERÓTICAS ORIGINALES Y FANTASÍAS RECURRENTES
Como en cualquier fantasía, hay quien crea fantasías originales, muy detalladas e inspiradoras. Y quien reproduce fantasías eróticas comunes a las que aporta un toque personal, o las imaginan de manera más sencilla sin añadirle su toque. Está bien en ambos casos, no todo el mundo puede inventarse una historia nueva; el cine y las innumerables películas que parecen la misma es un buen ejemplo de ello. Lo importante es que no porque no sea maravillosamente original hace que sea peor.
Los buenos clásicos siempre tienen espacio en el imaginario. Es hora de ver las 7 fantasías eróticas más comunes.
HACER UN TRÍO
Hacer un trío es una de las más frecuentes. Una de las primeras preguntas que pueden surgir es qué configuración se desea, si quieres dos personas con pene y una con vulva, dos con vulva y una con pene, tres personas con los mismos genitales, si imaginas que todos los implicados interactúen entre sí, o si quieres ser tú el centro de atención o que lo sea otra persona. Todos esos detalles, que pueden variar de una persona a otra, e incluso de una ocasión a la siguiente, evolucionando en la mente, forman parte de la fantasía.
Puede plantearse como una de las mas sencillas pero, a menos que surja de improviso, deberías pensar en la logística de la experiencia: encontrar a las personas adecuadas, pensar si es algo que debería hacerse en pareja o mejor con dos personas sin vínculo romántico, si en tu casa o en un hotel, qué líneas rojas se plantean, si hay alguna práctica erótica concreta que desees probar y ese sea el momento…
INTERCAMBIO DE PAREJAS
Algo relacionado con la anterior, está el intercambio de parejas. No se está incluyendo a una persona en la práctica erótica, sino que se está intercambiando a una persona por otra para un determinado periodo. Siempre bien planteado y con mucho trabajo de comunicación previo, es una fantasía que se convierte en forma de vida para algunas personas.
Bien suceda en la misma habitación de manera simultanea, o cada pareja intercambiada por su parte, el morbo está en probar nuevas experiencias, en saber que tu pareja está teniendo sexo con otra persona —sea que lo estés viendo o sólo lo sepas— y disfrutas con ello, en vivir la sexualidad de una manera diferente y más desinhibida, permitiéndote explorar dentro de las pautas que la pareja acuerde.
No es una fantasía a la que lanzarse sin haberlo reflexionado mucho antes, llegado a acuerdos en pareja, marcado líneas rojas, trabajado los celos si los hubiera, marcar las prioridades y todo lo que pueda favorecer una comunicación exquisita para que el intercambio de parejas sea algo que sume a la relación, no que la destruya.
SEXO EN LUGARES PÚBLICOS
Posiblemente tener sexo en lugares públicos sea de las fantasías eróticas más recurrentes de todas. Y, por otra parte, una de las más fáciles de poner en práctica. E incluso que lo hayas experimentado, de una forma u otra, aun sin tenerla como fantasía.
¿Un revolcón en el coche, una paja en el cine, un cunnilingus en la escalera del portal, un roce intenso en la discoteca, retozar en la playa, llevar un juguete erótico con mando a una cena…? Aunque no te parezca tan espectacular como otras escenas de sexo en público que puedas imaginar, todo lo mencionado no deja de serlo. Quizás levas tiempo fantaseando o deseando tener sexo en público y no te has parado a pensar que ya lo has hecho, y con cierta normalidad, además.
Aquí hay un factor exhibicionista innegable. No es necesariamente que quieras que te vean, pero el riesgo a que te vean aumenta el morbo y la excitación de la experiencia. En determinadas ocasiones puede buscarse precisamente eso, que te vean, o ver a otras personas. Algo que también es bastante frecuente como fantasía.
PRÁCTICAS BDSM
No hace tanto tiempo era un conjunto de prácticas con muy poca visibilidad y muchísimos prejuicios, y ahora es una de las fantasías eróticas más comunes. Por desgracia, no siempre es bien entendido el BDSM, y da lugar a incómodos, y peligrosos, momentos cuando las personas sin experiencia y sin una mínima cultura de qué es realmente el BDSM y qué implica, lo ponen en práctica.
Lo más frecuente es la fantasía de lo que involucra ataduras, privación sensorial básica y azotes. Si bien hay quien fantasea con prácticas más específicas o controvertidas en un mundo vainilla, adentrarse a nivel deseo —y no sólo fantasía— en el BDSM con su primera sigla es lo más común. Una manera de comenzar a eliminar tabús, sin eso significar un necesario aumento en la intensidad del juego más adelante, pero tampoco descartándolo por completo.
Antes de dejarte llevar por el BDSM, y lo que es más, por quien se dice experto en ello sin tener ni idea, lee sobre qué implica. No sólo qué practicas están asociadas, sino la cultura que hay detrás, el consentimiento, el consenso, los cuidados. Mal entendido puede implicar grandes problemas, y hay gente mala que se cree «amo» cuando lo que hacen es maltratar a otras personas. El BDSM es un de los entornos más comunicativos y respetuosos, cuando se hace bien.
SEXO CON EXTRAÑOS
Es probable que en alguna ocasión te hayas encontrado con una persona desconocida, en cualquier contexto, y hayas fantaseado en ese mismo momento, o tiempo después, en cómo sería un encuentro erótico.
Se trata de una de las fantasías eróticas más carnales y explosivas. Puede darse que te imagines teniendo un dulce intercambio de fluidos y dormir en cucharita después, pero pienso que lo más frecuente es que sean derroches de pasión y fogosidad lo que se imagine. Quizá no te cae bien la persona, o ni siquiera has intercambiado una frase para saberlo, pero lo que te inspira es puro fuego. Un desahogo físico para una excitación incomprensible e inesperada que te surge de una simple mirada, de un comportamiento ajeno o de un cuerpo que imaginas entre tus brazos.
La mente creando una escena de la nada que tiene más rombos que una baraja. Puede que jamás te vieras haciendo eso en la realidad, que no sea para nada tu estilo, pero de pronto aparece alguien con quien follarías con ansia contra cualquier mueble para, al terminar, vestirte y marcharte sin mirar atrás.
LAS INFINITAS FANTASÍAS ERÓTICAS DE LOS JUEGOS DE ROL
Un juego de rol, en este contexto, se entiende como una interacción erótica en la que se finge ser otra persona. Ya sea una de las partes o todas las implicadas; una persona puede interpretar un rol y la otra mantener su personalidad, o acoplar papeles correlativos como médica-paciente, policía-criminal, profesor-estudiante…
Se plantean infinidad de fantasías, muchas de ellas realizables con la compañía adecuada. No se requiere una gran preparación, a menos que se quiera montar una gran producción doméstica, ni tampoco se necesita contar con un costoso atrezzo —aunque algunos elementos pueden mejorar la experiencia, se pueden sustituir u obviar—. El juego es dar rienda suelta a tu imaginación, pues es indiferente si fantaseas con el kioskero, con la bombera o con un alienígena de ocho brazos terminados en penes y doce pares de tetas (este último es más difícil de reproducir en casa). Ni siquiera necesitas ponerlo en práctica, pero si quieres (y tienes con quién), definitivamente puedes.
FANTASÍAS ERÓTICAS DE ESCENAS IDEALIZADAS
Estas fantasías eróticas parten de escenas idealizadas de una película o libro. Hay escenas que permanecen en la memoria y, en ocasiones, nos insertan como protagonistas. Pueden tratarse de historias pasionales, de furia erótica, pero también de delicados encuentros, de caricias infinitas o besos tan increíbles que te revuelven hasta el alma.
Suele ser más frecuente que partan de escenas literarias pues, si están bien escritas, pueden ser muy descriptivas. Y si a eso le sumamos que todas las imágenes son mentales, dibujadas en nuestra imaginación, resulta de base mucho más sencillo pensarse en ellas. Desearlas, recrearse en la fantasía, releer cada frase asegurándose de dibujar cada acción en la mente y sentir cada roce, respiración agitada o empujón excitante.
Es bastante viable llevarlo a la realidad si se desea, pero requiere una buena documentación por las partes implicadas, y se corre el riesgo de estropear esa fantasía si no funciona como se desea. Así que debes arriesgarte a la posibilidad de que esa fantasía se agríe y tengas que eliminarla de tu imaginario. Eso sí, también «corres el riesgo» de crear un recuerdo que mejore la fantasía. Tenlo en cuenta.
Las fantasías eróticas son eso, fantasías. Y son tuyas, sólo tuyas; a menos que decidas compartirlas. Pero nunca dejes que te hagan pensar que hay algo mal en tu mente por tus fantasías, ni te sientas en la obligación de ponerlas en práctica aunque surja la oportunidad. La fantasía puede vivir muy bien toda su vida como una fantasía, no necesita materializarse para hacerte feliz, ni para excitarte.
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