Este extrañísimo y distópico año que ha sido 2020 llega a su fin; y ya era hora.
Por supuesto no diré que haya sido, a título personal, un tremendo desastre en todos los aspectos; ha tenido alguna cosa buena, pero la falta de trabajo y, por tanto, de ingresos ha sido altamente notoria, y eso hace que la base sobre la que debe asentarse una adulta capaz se tambalee (y de qué manera).
No obstante, agradezco las oportunidades que han llamado a mi puerta, desde los directos en Instagram con grandes compas a las colaboraciones en otros medios. Igualmente agradezco la confianza de las marcas al permitirme realizar reviews de sus lanzamientos.
Adoro mi trabajo (si le podemos llamar así a pesar de lo irrisorio de los ingresos), comunicar, presentar productos, plantear reflexiones… Me satisface mi tarea como divulgadora sexual y de productos eróticos, y estaré encantada de embarcarme en interesantes proyectos a solas o con compas, siempre busco un reto nuevo.
Al 2021 le pido poquito. Salud (algo imprescindible), trabajo (no limosna, sólo un pago justo por mi profesionalidad y oportunidades de mostrarla), nuevos proyectos (ya ando trabajando en algo, pero estoy abierta a propuestas) y risas (que no faltan, pero nunca sobra tener un buen remanente de ellas).
Gracias 2020, por acabarte ya…
…pero también por enseñarme algunas cosas de mí misma, ponerme a prueba y abrirme los ojos a nuevas ideas y modos de alcanzarlas.
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