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Ha llovido mucho desde que era necesario salir de casa para encontrar con quien ser infiel, ahora las aventuras en la red están al orden del día. Tanto las que nacen y se quedan ahí, como las que traspasan pantallas para materializar el deseo.
INFIDELIDAD
La infidelidad tiene múltiples motivos, y no es mi trabajo ni mi intención numerar aquí dichos motivos, pues cada cual tendrá los suyos con mayor o menor autojustificación. Queda claro que una relación sana precisa de sinceridad y fidelidad, entre otras cosas, pero también es necesario remarcar que ese concepto de fidelidad puede variar de una relación a otra.
Y no seré yo quien te anime a ti o a nadie a ser infiel, pero es parte de mi labor hablar de estos temas y plantearte reflexiones al respecto. Dejaré que tu ética personal decida lo adecuado.
INFIDELIDAD CONSENTIDA
Podemos entender la fidelidad como una rotura de la confianza entre dos personas monógamas pero, ¿y si la relación no es monógama y esa búsqueda de otra/s personas está pactada y entra dentro de la mecánica de la relación? ¿Hablaríamos entonces de infidelidad consentida? No, pues la infidelidad es una transgresión de la confianza, y si esas aventuras en la red se ajustan a los parámetros de permisividad de cada relación, no existe la infracción.
Infidelidad consentida podría ser el caso de los cuckold, hombres que quieren que sus mujeres tengan sexo con otro hombre mientras él observa la escena, espera en otra sala o se queda en casa; sólo por el placer de saberla satisfecha.
INTERNET COMO HERRAMIENTA
Internet se ha convertido en la gran ventana al mundo en muchos aspectos. En lo que el sexo se refiere y, en particular, a las aventuras entre personas casadas, existen diferentes páginas que ponen mucho más fácil encontrar la persona idónea para lo que se busca. Ya sea un flirteo inocente, un calentón de pantalla a pantalla, o conocer a alguien con quien hacer realidad las fantasías piel con piel.
Perfiles que, con una simulada privacidad y anonimato, se mueven entre esas páginas a la espera de hallar otra persona casada, o no, con la que compartir la infidelidad y posibles aventuras en la red. Esas páginas son se convierten en entornos que favorecen esos juegos extra matrimoniales, proponiendo espacios seguros donde conocer a otros los jugadores.
Los móviles comienzan a sonar en horas extrañas, llegan mensajes que te escondes para leer, volteas el móvil sobre la mesa para que nadie vea las notificaciones, te pierdes horas en el baño con excusas poco creativas… Y la aventura en la red se cuela en cada aspecto de tu vida, creando más problemas que alegrías, y ahí llegan las consecuencias, muchas inesperadas.
CONSECUENCIAS
Todo acto tiene su consecuencia, y por tanto debemos asegurarnos de que los pasos que damos nos acercan a donde queremos ir, y no al contrario. No podemos negar que la posibilidad de que nos pillen es muy real, nadie es perfecto y se cometen errores, a veces muy tontos, que pueden hacer caer ese castillo de naipes construido a base de encuentros furtivos.
Vuelvo a decir que no te animo a ser infiel, pero claramente, si te lo estás proponiendo, deberás ser inteligente. Esto puede ser lo más cerca que estés de ser un agente secreto doble, y cualquier fallo puede suponer el fracaso de la misión y tu exilio total.
Vuelvo a decir que no te animo a ser infiel, pero claramente, si te lo estás proponiendo, deberás ser inteligente. Esto puede ser lo más cerca que estés de ser un agente secreto doble, y cualquier fallo puede suponer el fracaso de la misión y tu exilio total.